La mala salud oral aumenta el riesgo de sufrir un ataque al corazón y un derrame cerebral, según revela un estudio reciente. La inflamación de las encías permite que las bacterias entren en el torrente sanguíneo y se adhieran a las placas grasas, obstruyendo los vasos sanguíneos y aumentando el riesgo de coágulos y trombos.

Un estudio publicado en la revista científica Heart and Stroke sugiere que la pérdida dental está relacionada con un mayor riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares. Los expertos han encontrado que las personas que han perdido dientes tienen un 40% más de probabilidades de desarrollar enfermedades del corazón en comparación con aquellas que tienen una dentadura completa.

Además de la periodontitis, otros factores de riesgo para las enfermedades del corazón incluyen hipertensión, colesterol alto, diabetes, sedentarismo, dieta inadecuada, tabaquismo y consumo de alcohol. Es esencial adoptar medidas preventivas para reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares.

Expertos en salud recomiendan seguir una dieta saludable y mantener una buena higiene bucodental. Se sugiere cepillar los dientes durante dos minutos, al menos, dos veces al día y utilizar productos fluorados. También es importante acudir periódicamente al dentista para detectar y tratar cualquier patología oral.

Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), las enfermedades del sistema circulatorio son la principal causa de muerte en el país y representaron el 26% del total en 2022. Esta información destaca la importancia de cuidar tanto la salud oral como cardiovascular para mantener un estilo de vida saludable y reducir el riesgo de enfermedades graves.

En resumen, la mala salud oral está estrechamente relacionada con el aumento del riesgo de sufrir enfermedades del corazón y derrames cerebrales. Proteger la salud de nuestras encías y dientes es esencial para mantener un corazón sano. Adoptar hábitos de higiene bucodental adecuados y realizar visitas regulares al dentista son medidas que pueden marcar la diferencia en la prevención de enfermedades cardiovasculares.