Un informe reciente de un comité de la Cámara de los Comunes destaca la fuerza y ​​la resistencia de los lazos entre el Reino Unido y los Estados Unidos en defensa, seguridad e inteligencia.

El informe enfatizó el beneficio mutuo, con Gran Bretaña cosechando las recompensas de los recursos y economías de escala de EE. UU., mientras que EE. UU. se benefició de las capacidades distintivas británicas, el alcance global y el compromiso de defender los valores compartidos.

Sin embargo, esto también se menciona en el informe. “Los controles de exportación de defensa de EE. UU. pueden limitar la cooperación industrial de defensa”. Además, la falta de consulta con los aliados antes de actuar, como lo demuestra la retirada de Afganistán, puede tener consecuencias negativas. A pesar de estos desafíos, la respuesta conjunta a las acciones rusas en febrero de 2022 demuestra el valor de la asociación entre el Reino Unido y los Estados Unidos.

El papel de Gran Bretaña en la OTAN

Como se describe en el informe, Gran Bretaña aporta la mayor parte de su capacidad militar a la OTAN y desempeña un papel de liderazgo en la alianza. Ha estado a la vanguardia del apoyo a los Aliados del Este y Ucrania, al mismo tiempo que ha proporcionado una serie de altos funcionarios y oficiales para las funciones de la OTAN.

Las capacidades navales y aéreas de Gran Bretaña están en gran medida intactas, pero el hecho de no modernizar las fuerzas terrestres ha suscitado preocupaciones sobre la capacidad de las fuerzas armadas británicas para desplegar una fuerza efectiva en Europa continental.

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Sin embargo, el enfoque de Gran Bretaña en el Alto Norte y su liderazgo dentro de la Fuerza Expedicionaria Conjunta han sido elogiados, como lo elogia el informe. “El enfoque de Gran Bretaña en el Alto Norte y su liderazgo dentro de la Fuerza Expedicionaria Conjunta”.

La OTAN se prepara para las hostilidades rusas

Desde 2014, la OTAN se ha estado preparando para una mayor hostilidad rusa dentro de Europa. Las estrategias y los planes desarrollados en los últimos años han resultado eficaces para orientar la respuesta de la OTAN a la invasión rusa de Ucrania. La agresión no provocada del presidente Putin ha logrado unir a Europa, volver a involucrar a los EE. UU. en Europa y alentar a Finlandia y Suecia a unirse a la OTAN.

Sin embargo, la OTAN enfrenta una falta de capacidades, particularmente entre sus aliados europeos. A medida que Estados Unidos invierte en nuevas tecnologías militares, pueden surgir más problemas de interoperabilidad dentro de la alianza. Tanto la OTAN como la UE están invirtiendo en investigación y desarrollo, pero sus esfuerzos deben ser complementarios para abordar estos desafíos, como afirma el informe. “Los programas de inversión y desarrollo de capacidades de la UE deberán ser complementarios para combatir los problemas de interoperabilidad”.

Equipamiento militar occidental y el conflicto ucraniano

Una invasión rusa a gran escala de Ucrania ha visto una afluencia de equipo y armas militares occidentales. Si bien los ucranianos han luchado con valentía y eficacia, haciendo retroceder el avance ruso, el informe destaca las preocupaciones sobre la reposición de los almacenes y las reservas occidentales. “La capacidad industrial occidental no está a la altura de la demanda y está claro que se necesita la intervención del gobierno”.

La situación global actual enfatiza la necesidad continua de prevenir acciones agresivas que socaven el sistema internacional basado en reglas. El fracaso de los gobiernos occidentales para disuadir a Rusia plantea dudas sobre la eficacia de las estrategias de disuasión actuales, como señala el informe. “El fracaso de los gobiernos occidentales para disuadir a Rusia plantea dudas sobre la eficacia de la actual postura de disuasión”.