Las playas gallegas y cantábricas se enfrentan a una ardua tarea de limpieza después de sufrir un vertido de plástico causado por la rotura de un contenedor de pellets en el buque Toconao el pasado 8 de diciembre. Este incidente pone de manifiesto la grave problemática de los vertidos de plástico en los océanos.

Desde 2012, se han registrado al menos diez vertidos de pellets de plástico en diferentes partes del mundo, generando grandes mareas plásticas que afectan a casi todas las latitudes y océanos. Estos vertidos anteriores nos han dejado lecciones sobre los desastres ambientales que ocurren después de tales eventos, como la necesidad de prolongadas campañas de limpieza, la presencia de fauna marina afectada por los pellets y la extensión de la contaminación a lo largo de kilómetros de costa.

Los pellets plásticos son muy móviles y se pueden transportar por el viento, lo que dificulta su limpieza. Además, los gránulos nuevos continúan llegando desde el mar, complicando aún más la situación. Incluso se ha observado en casos anteriores que los gránulos plásticos siguen apareciendo en áreas previamente limpiadas debido a cambios en los vientos, las lluvias y las mareas.

La limpieza de los vertidos de plástico es posible, pero es un proceso largo y arduo debido a la persistencia de los gránulos en el ambiente y a su capacidad de viajar largas distancias. Se requiere de un esfuerzo coordinado y continuado para lograr resultados significativos.

Los impactos de los vertidos de pellets plásticos en la fauna marina son graves, ya que muchos animales los ingieren al confundirlos con alimento. Esto ha llevado a problemas en el aparato digestivo de aves marinas y se ha detectado la presencia de microplásticos en especies de pescado destinadas al consumo humano, lo que representa un riesgo para la salud pública.

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Un ejemplo reciente de los efectos devastadores de los vertidos de pellets plásticos ocurrió en Sri Lanka en 2021, donde se tuvo que prohibir la pesca comercial en una línea costera de 80 kilómetros y se paralizó la acuicultura en la laguna de Negombo, afectando a aproximadamente 20,000 familias.

Estos casos son un llamado de atención para tomar medidas urgentes y efectivas en la reducción y gestión adecuada de los residuos plásticos. La concienciación y la adopción de prácticas sostenibles son fundamentales para evitar que los océanos sigan siendo inundados por plástico y proteger la biodiversidad marina.