Entre las condiciones establecidas por varios donantes y socios importantes para financiar la desmovilización, la desmovilización y la desmovilización, se encuentra la introducción de una estrategia creíble y claramente definida.

Se firmó un nuevo decreto presidencial, se estableció una nueva estructura y se designaron los principales líderes.

Para diferenciarse de iniciativas anteriores, el decreto que creó el P-DDRCS estipula que la reintegración de los excombatientes se llevará a cabo en la comunidad, no en las fuerzas armadas.

El programa hace especial hincapié en la estabilidad y la prevención de conflictos, dando prioridad al desarrollo económico y la seguridad a largo plazo.

El proyecto en desarrollo se centrará primero en las provincias de Kivu del Norte e Ituri, que han estado sitiadas durante dos meses, y luego se ampliará a otras provincias.

La Oficina Conjunta de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos acogió con satisfacción los avances logrados, pero dejó en claro que no solo debemos ocuparnos de los combatientes y su integración. Destacó la importancia de establecer mecanismos de apoyo a las víctimas y las comunidades, y destacó la justicia.

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