El legado de Salvador Puig Antich sigue vivo en España a pesar de los años que han pasado desde su ejecución en 1974. Su historia, marcada por un tiroteo en Barcelona que acabó con la vida de un policía, ha sido objeto de controversia y debate a lo largo de los años.

Puig Antich, miembro del Movimiento Ibérico de Liberación, desafió al régimen franquista en una época convulsa para España. Tras un atraco a un banco que terminó en un tiroteo fatal, fue condenado a muerte en un juicio sumarísimo que ha sido ampliamente cuestionado por fuentes consultadas.

La familia de Puig Antich presentó un recurso ante el Tribunal Supremo para revisar su sentencia, pero fue desestimado, lo que provocó críticas sobre la falta de rigurosidad en el proceso judicial. Un informe balístico clave fue ignorado en el tribunal militar, lo que pone en duda la legitimidad de la condena.

A pesar de las peticiones de indulto de diversas figuras, incluido el Vaticano, Puig Antich fue ejecutado en el garrote vil como parte de la venganza del régimen por el asesinato de Carrero Blanco por ETA. Su caso ha sido considerado por muchos como parte de una conspiración policial y militar amparada por el régimen franquista.

La historia de Salvador Puig Antich sigue generando interés y polémica en la sociedad española, recordando un capítulo oscuro de la historia reciente del país. Su legado perdura como un símbolo de resistencia y lucha contra la injusticia.

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