El 11 de marzo se publicó la nueva Política Nacional de Inclusión Financiera de México (PNIF), que define la “salud financiera” como el estado de las personas para poder: 1) administrar adecuadamente sus finanzas, permitiéndoles hacer frente a sus gastos diarios ( gestión financiera diaria); 2) enfrentar variaciones negativas en sus flujos de ingresos y aumentos desproporcionados o inesperados en sus gastos (sea resistente); 3) lograr sus objetivos económico-financieros (seguridad en el futuro financiero); y 4) aprovechar las oportunidades para lograr su bienestar y movilidad económica (control financiero).

Antes del Covid-19, y según el PNIF, se observa que la salud financiera de los mexicanos era “precaria”, ya que, por ejemplo, el 58% podía cubrir sus gastos con ingresos corrientes (finanzas diarias); El 43% podría enfrentar una emergencia económica con sus ahorros (resiliencia); El 40% siempre estableció metas económicas a largo plazo y trabajó para lograrlas (futuro financiero); y el 34,8% llevaba un presupuesto o registro de sus ingresos y gastos (control financiero).

Hoy en día es necesario no solo cuidar la salud física, sino también la salud financiera, principalmente porque está expuesta a variaciones negativas en los ingresos que pueden generar problemas para pagar algunos gastos fijos o diarios (en abril, entre 9.1 y 14.9 millones de mexicanos suspendidos la percepción de sus ingresos por la cuarentena, según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo ENOE-Inegi); descuidando el futuro financiero por sobreendeudamiento o uso excesivo de cajas de ahorro para el retiro (a junio se han producido retiros parciales por desempleo equivalentes a 8,6 millones de pesos, un aumento del 60% respecto al año anterior).

Si lamentablemente tiene problemas con los ingresos, algunos consejos que podrían ayudar son:

  1. Recorta gastos innecesarios y reduce el uso de luz, gas, agua, televisión o teléfono.
  2. Revisar las convocatorias de apoyo del gobierno federal, estatal y municipal / del alcalde, y de los ministerios de trabajo locales.
  3. Vende artículos o empeñéalos.
  4. Realizar trabajos (transporte de personas, cuidado de ancianos o enfermos, impartición de clases, lavado de coches, pasear perros, ser autónomo, entre otros).
  5. Alquile una habitación o plaza de aparcamiento (consulte los requisitos fiscales).
  6. Iniciar un negocio, o si ya tuvo que utilizar medios electrónicos para ofrecer productos.
  7. Hacer retiros parciales de lo anterior (considerando hacer contribuciones más grandes, cuando los ingresos se estabilicen)
  8. Solicita préstamos o haz uso de créditos (siempre que tengas un plan de pago).
  9. Si tienes problemas, o la expectativa de tenerlos, con el pago de servicios o deudas, debes tener comunicación directa con las empresas (en general tienen esquemas de apoyo).
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Es sabido por todos que este no es el momento de darse por vencido, que la situación que atraviesa es una etapa complicada y que como sociedad hay que superarla, por lo tanto, hay que esforzarse para tener una adecuada salud financiera y, si posible, ayude a otros con lo que está a su alcance.

* El autor es Economista Senior de BBVA Research.

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