Él Barça Ha conseguido ganar el pase a la fase final de Lisboa, pero el equipo sigue sin estar convencido. La efectividad de Messi Permitió un partido plácido en el que Quique Setién apostó por los pesos pesados ​​de la plantilla en detrimento de los jóvenes que se habían ganado su plaza en la recta final de Liga.

Muchos señalaron como opciones para que el partido contra el Nápoles Riqui Puig y Ansu Fati. Ambos habían brillado con el primer equipo en los últimos partidos ligueros, hasta el punto de que dejaron de jugar la fase de ascenso con el filial, priorizando su presencia en este encuentro europeo. Sin embargo, la apuesta ha sido la de siempre, con una discreta victoria dejando más dudas que certezas y sin minutos para la cantera.

A los futbolistas les gusta Rakitic, Suárez o Griezmann Han jugado desde el principio a pesar de su forma dudosa. Pese a marcar, el uruguayo ha estado tan oxidado y el francés tan intrascendente como siempre. Ni siquiera con las numerosas bajas Ansu y Riqui han tenido un hueco en el once, demostrando que Setién va a jugar con la vieja guardia, apostando todo por el veterano y la inspiración de Messi, que da para eliminar al Nápoles pero difícilmente le permitirá llegar mucho más lejos.

El Barça sigue siendo un equipo sin fuelle, que trabaja a tirones individuales y sufre cuando no tiene la pelota. Un equipo sin ritmo, necesitado de sangre fresca y caras nuevas que aporten ilusión y vitalidad. Las recuperaciones de Busquets y Arturo Vidal darán un extra para afrontar al Bayern, pero la sensación es que Setién ha perdido una opción para ganar autoridad y hacer una apuesta valiente que podría ser un punto de inflexión. Una victoria hoy, pero seguramente una derrota de cara al futuro.

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