El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, dijo el martes que 40 migrantes que murieron en un incendio en un centro de detención mexicano no lograron escapar porque faltaba la persona que tenía la llave de su celda cerrada.

Las autoridades mexicanas han dicho que el incendio comenzó cuando uno o más migrantes quemaron sus colchones en protesta por su deportación, pero han brindado pocos detalles sobre cómo ocurrió el incidente del 27 de marzo. Se perdieron tantas vidas que se convirtió en una de las tragedias migratorias más mortíferas de México.

En una entrevista con Reuters el mes pasado, un guardia de seguridad del centro dijo que el oficial de migración que supervisaba la unidad de hombres había abandonado el edificio poco antes del incidente.

Los comentarios de López Obrador parecen coincidir con esa cuenta.

“La puerta estaba cerrada porque no estaba la persona que tenía la llave”, dijo López Obrador en una rueda de prensa habitual.

No dio más detalles sobre el cargo o la identidad del hombre, pero dijo que esperaba que la oficina del fiscal general pronto completara su investigación para identificar a los responsables.

Cinco personas han sido detenidas hasta el momento, entre personal de seguridad privada y agentes del Instituto Nacional de Migración de México, y está pendiente otra orden de aprehensión.

El Instituto de Migración no se ha pronunciado sobre la investigación o las detenciones.

Los coches fúnebres que transportaban los cuerpos de las víctimas de Guatemala y Honduras fueron trasladados al aeropuerto de Ciudad Juárez para su repatriación el martes.

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