CIUDAD DE MÉXICO – (AP) – Un día después de que decenas de miles de personas protestaron contra la propuesta del presidente Andrés Manuel López Obrador de cambiar la autoridad electoral de México, el mandatario no dio indicios de que cambiaría de rumbo.

López Obrador dijo que la manifestación del domingo, la más grande contra una de sus propuestas en sus casi cuatro años en el cargo, fue una especie de “striptease” que mostró las intenciones de los conservadores de México. Calculó que había entre 50.000 y 60.000 manifestantes, lo que parece ser un recuento inferior al estimado de 200.000 por los organizadores de la marcha.

“Esto lo hicieron en favor de los privilegios que tenían ante el gobierno que represento”, dijo. “Lo hicieron a favor de la corrupción. Lo hicieron a favor del racismo, el clasismo y la discriminación.

El presidente dijo que los manifestantes utilizaron las reformas electorales como una “excusa” para protestar y dijo que en realidad protestaban “contra el cambio que se está produciendo en el país”.

A pesar de la escala de la manifestación, los analistas tenían pocas expectativas de que cambiaría el rumbo de López Obrador. En cambio, esperaban que el presidente lo usara para promover la polarización política del país.

Los partidos de oposición y las organizaciones de la sociedad civil llamaron a México el domingo a manifestarse en contra de las reformas electorales propuestas que reestructurarían el Instituto Nacional Electoral, una de las instituciones más confiables del país.

Los manifestantes dijeron que temían que López Obrador, quien mantiene altos índices de aprobación y cuyo partido controla más de la mitad de los gobiernos estatales, usaría las reformas propuestas para comprometer la independencia del instituto y lo ignoraría aún más para su partido.

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El lunes, López Obrador dijo que pretendía lo contrario: proteger y fortalecer la democracia.

La medida incluía la abolición de los cargos electivos a nivel estatal, la reducción de la financiación pública de los partidos políticos y la posibilidad de que el pueblo eligiera a los miembros de la autoridad electoral en lugar de a la cámara baja del Congreso.

Esto reducirá el número de diputados en la Cámara Baja del Congreso de 500 a 300 y el número de senadores de 128 a 96. No son elegidos directamente por los votantes, pero aparecen en las listas de los partidos y ganan escaños en función del porcentaje de votos de su partido.

Se espera que la propuesta sea debatida en las próximas semanas en el Congreso de México, donde se benefician el partido Morena del presidente y sus aliados.

Rubén Salazar, director de la consultora Etellekt, dijo que la marcha envió un mensaje de que las reformas propuestas no tenían suficiente apoyo mayoritario, pero que López Obrador la usaría para seguir polarizando el diálogo “donde se sienta cómodo”.

Salazar ve las reformas como parte de una estrategia electoral de largo plazo y quiere asegurar que el candidato presidencial del partido de López Obrador gane en 2024.