Un exjefe de policía español cuyo nombre fue sinónimo de un gran escándalo de corrupción en la década de 1990 murió, dijo el jueves el hospital donde fue tratado.

Luis Roldán, el primer comandante civil de la Guardia Civil de España, murió en un hospital de la norteña ciudad de Zaragoza a los 78 años, dijo a la AFP una portavoz de la clínica.

Murió por complicaciones relacionadas con el cáncer, dijo la familia a los medios locales.

Durante su mandato, de 1986 a 1993, la Guardia Civil llevó a cabo algunos duros golpes contra el ya desaparecido movimiento separatista vasco ETA, entre los que destaca el derrocamiento del grupo militante “Eta” en Francia en 1992. Liderazgo”.

Pero es mejor conocido por uno de los escándalos de corrupción más grandes de España durante el gobierno socialista de Felipe González (1982-1996).

El “asunto Roldán” llegó a los titulares en 1993, cuando un diario de Madrid publicó una denuncia que afirmaba que el jefe de policía, que había sido un político socialista durante años, había falsificado sus títulos y poseía muchas propiedades.

Más tarde resultó que esto era solo la punta del iceberg.

En abril de 1994, Roldán fue despedido y citado ante los tribunales y huyó de España, lo que desató una tormenta política que llevó al entonces ministro del Interior a dimitir.

Después de una persecución internacional de 10 meses, Roldan finalmente fue rastreado y arrestado en el aeropuerto de Bangkok.

Tras regresar a España, fue declarado culpable de malversación, estafa y cohecho y condenado a 31 años de prisión. También se le impuso una multa de 1.600 millones de pesetas (12 millones de euros, 14 millones de dólares).

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Salió de prisión en 2010 y mantuvo un perfil bajo, aunque su historia se adaptó al thriller de 2016 “Smoke and Mirror”, que se centró en la vida del exterrorista Francisco Paza, quien ayudó a Rodin a escapar en 1994.

Aunque el tribunal logró recuperar las multas de las cuentas bancarias de Roldán y remató algunas de sus propiedades españolas, la mayor parte de sus propiedades nunca fueron encontradas, informó el diario El País en 2010.

Citando documentos judiciales, dijo que el sistema judicial no pudo acceder al resto de su propiedad, que se dice que tiene un valor de alrededor de 10 millones de euros, o confiscar dos propiedades en París y las Antillas francesas.