Las tropas estadounidenses han abandonado Afganistán. ¿Ahora que? El presidente Biden aún no se ha puesto de acuerdo sobre un plan. ¿Qué debería intentar lograr Estados Unidos? ¿Quiénes son sus socios?

Al abordar estas preguntas, el presidente debería tomar nota de la conferencia del 16 de julio del gobierno uzbeko en Tashkent sobre el tema de la “conectividad regional”. Los uzbekos, incluido Afganistán, y sus vecinos de Asia central están buscando asistencia diplomática y económica internacional para nuevos proyectos de transporte e infraestructura para conectar su región con el sur y el sudeste de Asia.

¿Un encuentro de tecnócratas? La lista de participantes confirmados cuenta una historia diferente. También asistirán los ministros de Relaciones Exteriores de China, Rusia, Irán, Turquía e India, y los presidentes de Afganistán y Pakistán. Estos países reconocen que el tema de la conectividad determinará la tendencia económica de las crecientes potencias de Asia Central e incluso su autodeterminación y apertura.

Cuando Uzbekistán, Kazajstán, Tayikistán, Turkmenistán y Kirguistán todavía formaban parte de la Unión Soviética, Moscú tomó el control de su economía y desvió todo su comercio y comunicaciones internacionales a Rusia. La Unión Soviética colapsó hace 30 años, pero ha soportado elementos de corrupción. Después del ascenso del presidente reformista uzbeko Shavkat Mirziyoyev hace cinco años y los esfuerzos mutuos de Kazajstán para diversificar y abrir su economía, el comercio comenzó a paralizarse.

Los países de Asia central están recuperando sus antiguos lazos, que el colonialismo ruso buscó destruir. Gracias a la presencia estadounidense en Afganistán, pudo llegar a Kabul una vez más como su sexto antiguo aliado. La lucha es al mismo tiempo un gran proyecto económico en Asia Central, un hito importante en su renacimiento cultural y su búsqueda de la soberanía en los vecindarios bajo la influencia de China, Rusia e Irán.

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