Javier Milei, reconocido economista argentino, ha llegado a Washington después de visitar la tumba del rabino Menachem Mendel Schneerson en Nueva York. Schneerson, conocido como “el Rebe de Lubavitch”, transformó el movimiento judío ortodoxo Chabad-Luvabitch en una de las corrientes más influyentes en el mundo.

Sorprendentemente, a pesar de ser católico, Milei ha expresado su interés en convertirse al judaísmo. Esta decisión ha generado cierta polémica y curiosidad en el ámbito religioso y político.

Durante su visita a Washington, Milei tiene previsto reunirse con representantes del Banco Mundial y el FMI para explicar su plan económico, el cual se centra en la reducción del tamaño del Estado, la privatización de activos públicos y la dolarización. Sin embargo, estas políticas no cuentan con el apoyo de dichas instituciones debido a la experiencia pasada de Argentina, que si bien no dolarizó su economía en 1991, fijó su tipo de cambio al dólar. Desde entonces, el país ha enfrentado dificultades económicas, suspensiones de pagos y problemas financieros.

Cabe destacar que la Casa Blanca ha mostrado una actitud reservada ante la visita de Milei, ya que Washington no tiene un interés significativo en América Latina, excepto en temas de inmigración y la inversión china en sectores estratégicos.

Comparativamente, Milei se ha declarado admirador de líderes políticos como Donald Trump y Jair Bolsonaro, lo que claramente lo sitúa en las antípodas de la actual Casa Blanca. Estas diferencias políticas podrían dificultar su recepción y aceptación por parte de las autoridades estadounidenses.

En conclusión, la visita de Javier Milei a Washington ha generado expectativa debido a su posible conversión al judaísmo y su propuesta económica, la cual no cuenta con el respaldo de instituciones internacionales. A su vez, su admiración por líderes políticos como Trump y Bolsonaro ha generado cierta extrañeza en la recalcitrante Casa Blanca.