México ha tomado partido. Este viernes, el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha anunciado que se suma a la estrategia de la Unión Europea y Argentina para posponer la elección del nuevo presidente del Banco Interamericano de Desarrollo. La decisión de Donald Trump nominar, por primera vez en la historia de la organización, a un estadounidense llevó a una batalla diplomática para posponer la votación, programado para septiembre, hasta marzo, cuando puede haber un nuevo inquilino en la Casa Blanca. En un hilo publicado en Twitter, la Secretaría de Hacienda de México dijo que la imposibilidad de los encuentros presenciales, como consecuencia de la pandemia, justifica el aplazamiento “hasta que existan condiciones para ello”.
El BID, fundado en 1959, tiene un capital de más de $ 100 mil millones. Es el banco regional más grande y tiene a Estados Unidos como su principal contribuyente. Con créditos de 12.000 millones, lidera la lista de ayudas al desarrollo del continente. Un acuerdo no escrito reserva la gestión del banco a un latinoamericano, pero Trump decidió este año nominar a Mauricio Claver-Carone. La elección fue asegurada por el apoyo de Estados Unidos, que tiene el 30% de los votos, Brasil (11,3%), Colombia (3,1%) y otros países latinoamericanos comprometidos con Washington. Pero el avance de Trump no fue bien acogido en la Unión Europea y, sobre todo, en Argentina, que tiene su propio candidato: Gustavo Beliz, actual secretario de Asuntos Estratégicos de la Casa Rosada. Sin los votos necesarios para vencer a Claver-Carone, la única salida posible es el aplazamiento.
La clave de la maniobra es evitar alcanzar el quórum del 75% necesario para validar el voto. Si todos los países de la Unión Europea (9,3%) se abstuvieran, junto con Argentina (11,3), Chile (3,1%) y México (7,3%), el quórum sería insuficiente. La elección, entonces, se postergaría hasta la próxima reunión de gobernadores, prevista para marzo de 2021. Desde hace semanas se están negociando para alcanzar el número mágico que permite el aplazamiento.
Josep Borrell, jefe de la diplomacia europea, envió el 30 de julio una carta a todos los gobiernos de la Unión Europea con capital en el BID, señalando que la pandemia no permitió que se le diera “la atención necesaria” al reemplazo en el BID. También dijo que la posibilidad de que la gestión quede en manos de un estadounidense rompe con una tradición defendida “por los presidentes Eisenhower y Kennedy, quienes coincidieron en la necesidad de fortalecer la identidad latinoamericana del banco”. “Cambiar este modelo es una política de gran alcance que sólo puede ser el resultado de una reflexión tranquila”, dijo Borrel.
El jueves, Chile, aliado tradicional de Washington, se sumó a la estrategia. En una presentación ante el Congreso, el canciller Andrés Allamand dijo que “desde sus inicios, el BID ha funcionado con la lógica de un presidente latinoamericano y un vicepresidente de Estados Unidos, y no vemos motivos para cambiar”. La posición diplomática de México aún no se conocía. La respuesta llegó este viernes. “Desde que soy secretaria [junio de 2019] se han cancelado tres reuniones. Uno fue cancelado por un problema geopolítico, porque iba a ser en China; el de barranquilla [Colombia] fue cancelado por el covid; y también el de Washington. Durante año y medio no ha habido oportunidad de sentarnos y discutir qué dirección queremos que tome el Banco ”, dice a EL PAÍS el secretario de Hacienda de México, Arturo Herrera.
El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, ya se había comprometido a votar por el candidato argentino, pero ahora era necesario que se sumara al frente abstencionista. Parecía difícil, especialmente después la buena sintonía que mostraron López Obrador y Trump durante su último encuentro en la Casa Blanca. En cualquier caso, el gobierno mexicano niega que posponer la elección tenga como objetivo bloquear la elección de Mauricio Claver-Carone. “No sé por qué nuestra decisión tendría que revocar la candidatura de Estados Unidos”, dice Herrera, “solo pedimos tiempo para reflexionar sobre la decisión. No debería tener repercusiones. El presidente Trump en algún momento sugirió que las elecciones estadounidenses deberían posponerse, no somos los primeros en expresar este tipo de cosas. “
En el Gobierno de Argentina aseguran que “existe un altísimo consenso plural y transversal de múltiples sectores de la región sobre la importancia de un latinoamericano que dirija los destinos del BID”. Ahora queda por saber si ese consenso se replica en los países europeos con un voto en el BID. Las recomendaciones de la Comisión Europea no son vinculantes y depende de cada socio si dan o no en septiembre quórum. Como este diario supo reconstruir a partir de distintas fuentes, el espíritu de comunidad es seguir la recomendación de Borrell, ciertamente en España (1,94% de los votos) y más cerca del sí que del no en Alemania (1,89%) y Francia (1,89%). El apoyo de estos tres países europeos, más los votos de Argentina, Chile y México son suficientes para consumar la estrategia abstencionista.
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