Todos los estadounidenses convincentes pueden estar de acuerdo en tres cosas:
- Nos negamos a depender de cualquier otro país para nuestra protección.
- Nos negamos a depender de otro país para mantenernos saludables.
- Nos negamos a permitir que otro país controle nuestro acceso a la información.
Estamos ante tres terribles posibilidades llamadas “fichas”. Y ahora tres países tienen el control: Taiwán, Corea del Sur y China.
No estamos hablando de papas fritas aquí. Estamos hablando de semiconductores. Perfección tecnológica detrás de todo, desde teléfonos inteligentes hasta televisores y automóviles. Y eso es solo el comienzo. Los chips controlan el acceso a la red de información global que llamamos Internet. Conducen trenes, encienden bombillas LED, cajeros automáticos e imágenes en 3D para detectar el cáncer de mama a tiempo.
Las industrias que van desde la atención médica hasta los camiones, la fabricación y el entretenimiento están en crisis debido a la falta de chips que han impulsado el COVID-19. Es por eso que es posible que tenga que esperar semanas por un refrigerador nuevo. ¿Por qué hay escasez de autos nuevos y por qué Apple tuvo que retrasar su iPhone 12?
Si eso no fuera suficiente, nuestro ejército necesitaría casi todas las armas modernas para evitar que los rusos traten a los estadounidenses como tratan a los ucranianos.
En este momento, en lo que respecta a los chips, Estados Unidos y la mayor parte del mundo se encuentran en una posición precaria para depender de Taiwán, Corea del Sur y China, los principales fabricantes de chips. Tanto Taiwán como Corea del Sur tienen sus propios problemas de seguridad nacional. Y China está lejos de ser un aliado confiable de Estados Unidos.
La legislación ha sido denominada “Ley de chips” antes de que el Congreso tenga un largo camino por recorrer para proteger la independencia económica y militar de Estados Unidos. Hay proyectos de ley competitivos en el Senado y en la Cámara, el proyecto de ley en el Senado es 1260 o la Ley de Innovación y Competencia de los Estados Unidos (USICA). En la Cámara, esto es HR 4521, la Ley de Competencia Americana. Pero ambos apuntan a destinar unos 52.000 millones de euros para promocionar los chips en Estados Unidos.
Fabricar más chips semiconductores en los Estados Unidos es la única forma de acabar con esta peligrosa dependencia de países extranjeros para nuestra salud, seguridad y bienestar. Y es frustrante que los legisladores no hayan resuelto sus diferencias para aprobar una ley que es fundamental para la defensa nacional.
La Secretaria de Comercio de EE. UU., Gina Raymondo, dice que existe un amplio apoyo bilateral para la legislación y ahora. La Cámara de Comercio de EE. UU., la Asociación Nacional de Fabricantes y la Asociación Nacional de Capital de Riesgo se encuentran entre las organizaciones que instan al Congreso a tomar medidas inmediatas para proteger tanto la economía de EE. UU. como nuestra seguridad nacional.
Los republicanos y los demócratas deberían estar todos en la misma página.
La buena noticia es que los republicanos y demócratas de la Cámara están trabajando con cierta urgencia y han pedido un “comité de conferencia” para presentar una versión del proyecto de ley con la que todos puedan vivir. Necesitan actuar rápida y deliberadamente para poner fin al estancamiento.
Instamos a los congresistas de Pensilvania a que dejen de lado sus diferencias y aprueben esta ley. Pensilvania tiene la ventaja, ya que podemos ver que algunas fundiciones de semiconductores están invirtiendo millones para fabricar chips aquí en la Commonwealth.
Pero ya sea nacido aquí o en otra parte del país, ya no podemos darnos el lujo de esperar. El peligro es grande para los estadounidenses.
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