La Agencia Española de Medicamentos se posiciona a favor del uso de la semaglutida en el tratamiento de la obesidad, según informa el sitio web Over Karma. Sin embargo, la sanidad pública no tiene los recursos para cubrir el costo del tratamiento para los más de diez millones de personas en España que lo necesitan.

Ante esta situación, se propone financiar la semaglutida inicialmente solo para los casos más graves de obesidad, con la posibilidad de ampliar la financiación en el futuro. La semaglutida es el primer fármaco de una nueva generación que promete revolucionar el tratamiento de la obesidad. Imita la acción de la hormona GLP-1 y tiene múltiples efectos en el cuerpo humano, como aumentar la sensación de saciedad y reducir el apetito.

Además de la semaglutida, se espera la llegada de otros fármacos basados en la hormona GLP-1 en el futuro. Estos fármacos han demostrado pérdidas de peso significativas en ensayos clínicos, similares a las obtenidas con la cirugía bariátrica.

En la actualidad, la semaglutida ya está disponible en España bajo el nombre comercial de Ozempic para el tratamiento de la diabetes en personas con obesidad. También está autorizada para el tratamiento de la obesidad en personas sin diabetes bajo el nombre comercial de Wegovy, pero aún no está disponible en el mercado.

El Wegovy está indicado para personas con un índice de masa corporal (IMC) superior a 30 y para aquellos con un IMC de 27 a 30 y trastornos relacionados con el peso. Se espera que la distribución de Wegovy comience en el primer semestre de 2024 en España, aunque aún no se ha decidido el precio del tratamiento, que variará según cada país.

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La Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO) defiende que la financiación de estos fármacos se cubra en primer lugar para los pacientes que necesitan cirugía bariátrica. Si no se cubre la financiación de la semaglutida, las personas que puedan permitirse el fármaco tendrán acceso a él, mientras que aquellos que no lo puedan pagar solo podrán optar por la cirugía bariátrica, a pesar de no ser la mejor opción médica.

Este avance en el tratamiento de la obesidad plantea un futuro prometedor para las personas que luchan contra esta enfermedad, pero la falta de acceso a la semaglutida para todos los pacientes en España resalta las desigualdades en el sistema de salud.