La Unión Europea (UE) se ha pronunciado en medio del conflicto entre Israel y Hamás en Gaza, solicitando “pausas humanitarias” con el objetivo de permitir el ingreso de ayuda humanitaria al territorio. Sin embargo, la respuesta de Israel ha sido bloquear por completo a Gaza y llevar a cabo ataques aéreos masivos contra los combatientes de Hamás.
La consecuencia de estas acciones ha sido una devastación humanitaria y un aumento en el número de palestinos muertos. Mientras tanto, más de 220 israelíes permanecen secuestrados y Hamás continúa lanzando cohetes hacia Israel.
Ante esta situación, los líderes de la UE se han reunido en Bruselas para debatir cómo enviar ayuda humanitaria a Gaza y presionar por la liberación de los rehenes. Sin embargo, han surgido diferencias de opinión entre los líderes europeos, algunos más contundentes que otros en su respuesta a Israel.
El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, y el secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, han solicitado un inmediato alto al fuego humanitario. Por su parte, otros países como Alemania respaldan a Israel, expresando su preocupación por el derecho que tiene a defenderse.
La credibilidad internacional de la UE se encuentra en juego debido a estas divergencias y a la falta de un enfoque unificado. La reina Rania de Jordania ha acusado a los líderes occidentales de aplicar un doble rasero en el conflicto. La UE, que tradicionalmente ha sido un intermediario honesto en este conflicto, se ha visto criticada por su comunicación confusa en relación a la situación en Gaza.
En respuesta a las críticas, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, ha asegurado que la UE defiende el derecho internacional y no aplica un doble rasero en este conflicto. Sin embargo, la situación actual evidencia la dificultad que enfrenta la UE para encontrar un consenso entre sus miembros y enviar un mensaje unificado al respecto.
