La reina Sofía de España realizó un compromiso vinculado a una tradición de 300 años de la familia real española: besar los pies de una estatua de Cristo en Medinacelle.

La llegada de Su Majestad a la catedral fue recibida por las autoridades de la iglesia local, junto con una pequeña multitud que la vitoreaba.

Luego se sentó para un servicio religioso antes de abrir la fila de fieles para el tradicional beso de pies. Por medidas de seguridad sanitaria, el beso fue simbólico y la estatua fue desinfectada.

La tradición dicta que cada año, el primer viernes de marzo, los feligreses se reúnen en el Cristo de Medinaceli para rendir culto a los iconos de la iglesia.

La estatua en sí es de la primera mitad del siglo XVII y mide 1,73 metros (o 5 pies y 6 pulgadas) de altura. Se desconoce su escultor, aunque elementos estilísticos apuntan a su procedencia de la escuela sevillana y, más concretamente, de la boutique de Juan de Mesa.

Cuando Poncio Pilato presenta a Jesucristo al público, representa a Jesucristo en su momento de pasión. Se le llamó Cristo de los Medinacelles porque tras su regreso a España se alojó en una capilla en la tierra de los duques de Medinacelle, título que aún hoy perdura, por parte de la 20ª generación de Medinacelles ostenta la princesa Victoria Elisabeth von, duquesa de Nasselli. Hohenlohe-Langenburg.

La iglesia es una de las cinco catedrales de Madrid y recibió este estatus en 1973 por el Papa Pablo VI. Actualmente está en manos de monjes capuchinos, quienes por primera vez trasladaron la estatua de España a La Mamora (actual Mehdya, en Marruecos) para que la venerara el ejército español.

READ  Ghana emite consejos de viaje sobre el creciente número de casos de coronavirus en Asia y América del Sur

La iglesia fue construida sobre el Convento de trinitarios descalzos de Nuestra Señora de la Encarnación, que fue inaugurado el 7 de abril de 1606.

A pesar de su educación ortodoxa griega, la reina Sofía siempre se ha considerado española y ha sido una fiel seguidora de la Iglesia Católica Romana desde que se convirtió en la consorte del rey español.