No se puede negar el atractivo del café helado en los sofocantes días de verano, pero incluso cuando una dosis fresca de cafeína a media tarde da en el clavo, por lo general es menos sabrosa que su contraparte más caliente. Esa es la belleza del café mexicano especiado, llamado café de ola, que es más que una infusión.

El café molido grueso se elabora tradicionalmente en una olla de barro simétrica, acentuado con canela mexicana y piloncillo, a veces con clavo, pimienta de Jamaica o anís estrellado. En las regiones productoras de cítricos de México, no es raro ver cáscaras de naranja en el frasco, que le dan un toque dulce a la bebida. Luego, el café se presiona en cada taza a través de un filtro similar a un calcetín llamado telga para eliminar la molienda.