Pedro Sánchez, a su llegada este domingo a la cumbre de Bruselas.
Pedro Sánchez, a su llegada este domingo a la cumbre de Bruselas.FRANCOIS WALSCHAERTS / PISCINA / EFE

Es hora de reformas pero no de contrarreformas. En el espíritu del gobierno de coalición del PSOE y United Podemos, ambos impulsos coexisten, pero las negociaciones en Bruselas sobre el fondo europeo para enfrentar la crisis del coronavirus apuntan a condiciones más exigentes que las previstas inicialmente. Los llamados países frugales exprimen a España para no suavizar las leyes laborales y repensar el sistema de pensiones. En este contexto, abordar de inmediato la derogación de la reforma laboral del Ejecutivo de Mariano Rajoy puede no ser una prioridad, indican fuentes del gobierno.

En español

“No renunciamos a derogar la reforma laboral”, afirman en Unidas Podemos. “No vamos a renunciar a eliminar las partes más perjudiciales”, dicen fuentes del PSOE sobre la ley aprobada por Mariano Rajoy en 2012. El acuerdo firmado en diciembre de 2019 por Pedro Sánchez y Pablo Iglesias para formar un gobierno de coalición dice expresamente: ” Revocaremos la reforma laboral. Recuperemos los derechos laborales quitados “. Pero ambas partes interpretan este compromiso de manera diferente y la negociación en Bruselas del fondo de recuperación para la crisis del coronavirus ahora amenaza con retrasar esos planes, lo que puede abrir una nueva grieta entre los socios del ejecutivo.

Ambas partes insisten en que su compromiso continúa, pero trimestre por trimestre, que la reforma de la reforma se pospone. El calendario para abordarlo y su alcance acaba de entrar en la zona de sombra. Tanto la contrarreforma laboral como el actual sistema de pensiones en España pueden chocar de frente con las demandas de Bruselas en la negociación para aprobar el fondo europeo para el coronavirus del que España aspira a ser uno de los principales receptores.

Pero el asunto ya era delicado para el gobierno antes de la negociación con Bruselas, porque United We Can y el PSOE tienen opiniones diferentes sobre la ley. El plan era renunciar a que se completara la derogación, a cambio de que la Ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, se acercara a un nuevo estatuto para los trabajadores. Pero la pandemia lo ha cambiado todo.

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España necesita la ayuda del fondo europeo que el presidente, Pedro Sánchez, ha estado negociando durante tres días en Bruselas en un clima de clara divergencia con los Países Bajos, que lidera y lidera a los llamados países frugales, que quieren imponer condiciones, supervisar y vetar a los destinatarios si no cumplen con lo que creen que debe hacerse para recibir el dinero. Todo lo que se hace en Bruselas afecta la política nacional, pero la reforma laboral y las pensiones son uno de los aspectos más delicados del proyecto político firmado en el acuerdo de gobierno de coalición. Por esta razón, las fuentes gubernamentales consultadas, incluso sin poder especificar y prever cómo terminará la negociación, admiten que obstaculizarán los planes sobre este asunto. La intención era comenzar el estudio de la reforma laboral en septiembre, aunque sin entrar en algunos aspectos. “Con 300,000 empresas con ERTE, la reforma aún no se puede abordar por completo. Estamos en medio de una pandemia “, dicen fuentes del gobierno.

Podemos y los sindicatos quieren que la negociación se lleve a cabo sin demora en septiembre. Aunque un sector del PSOE se alinearía con los ministros de United Podemos, particularmente con el de Labor, Yolanda Díaz, la parte socialista del gobierno de coalición ve dificultades para abordar la reforma laboral en tan corto plazo. El Ejecutivo recientemente llegó a un acuerdo de empleo con empleadores y sindicatos, pero el primero señala la derogación de la reforma laboral como una línea roja y el segundo insta a que se haga, en anticipación de una fuerte caída de los salarios en el otoño, y comienzan a impacientarse

La reforma laboral ya le ha dado varios dolores de cabeza al Ejecutivo de coalición. El 21 de mayo, el PSOE y Unidas Podemos firmaron un acuerdo con Bildu para derogar el gobierno del gobierno de Rajoy. Pero el texto acordado duró un suspiro. Los socialistas comenzaron a aclarar los términos y dos vicepresidentes exhibieron públicamente sus desacuerdos. Iglesias insistió en que la derogación fue completa. Nadia Calviño, vicepresidenta económica, aseguró que esto era “absurdo” y sostiene que no se debe tocar nada por ahora. Finalmente, a petición suya, se rehizo la redacción del documento con Bildu. Los tiempos ya no estaban establecidos. Los portavoces de Unidas Podemos afirman que para ellos la reforma laboral es una prioridad, pero agregan que no pondrán en peligro la coalición gubernamental debido al “ajuste” que debe hacerse.

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Sacrificios económicos

No solo el primer ministro holandés, Mark Rutte, se opone a tocar, suavizar, las leyes laborales. El Gobierno también tendrá frente a un sector del Parlamento, especialmente el del padre de la norma, el PP, que defenderá tanto en España como en Europa que la reforma laboral aprobada por Mariano Rajoy sigue vigente. Los populares también han estado especialmente atentos para señalar y explotar las discrepancias en el ejecutivo de la coalición, especialmente en el ámbito económico, donde insisten en transmitir la idea de que Podemos gobierna.

Aunque en las últimas 72 horas Pedro Sánchez se ha centrado en la dura negociación de la comunidad, tiene claro cómo las demandas de reconstrucción afectan a España, señalan fuentes del gobierno. El presidente aún no ha anunciado ningún sacrificio financiero o cambio de planes, pero estos vendrán, dicen fuentes del gobierno. Luego se verá hasta dónde puede llegar el gobierno de coalición con respecto a la reforma laboral, el mantenimiento de pensiones con aumentos anuales o el salario de los funcionarios.