El origen del virus SARS-CoV-2 sigue siendo un misterio para la ciencia, pero recientes descubrimientos han arrojado luz sobre posibles pistas. El Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de China no encontró rastros del virus en animales vivos del mercado de Huanan, en Wuhan, pero sí en jaulas, carros de transporte y una depiladora de pelo y plumas.

La pandemia de COVID-19, causada por el SARS-CoV-2, ha tenido un impacto devastador en todo el mundo, llevando a la parálisis de la economía y la sociedad. El mercado de Huanan ha sido identificado como el epicentro del brote, donde se cree que el virus saltó de animales a humanos por zoonosis.

Los señalamientos hacia posibles laboratorios cercanos y el hermetismo chino han alimentado especulaciones sobre un posible origen sintético del virus. Sin embargo, la hipótesis más fuerte actualmente es que el virus surgió de manera natural.

Investigadores australianos han modificado un test para determinar si el origen de la epidemia es natural o artificial, arrojando resultados controvertidos. Aunque el test indica una puntuación que sugiere un posible origen artificial, la subjetividad de los criterios y la falta de datos completos pueden afectar la interpretación de los resultados.

Expertos como Óscar González-Recio consideran que el origen más probable del virus es natural, respaldado por estudios anteriores y el consenso científico. A pesar de ello, la ciencia continúa investigando para confirmar con certeza el origen del SARS-CoV-2.