El Cuerno de África sufre actualmente una sequía severa y persistente, y unos 20 millones de personas mueren de hambre. Y, dado el conflicto armado en curso en la región, especialmente en Somalia y Etiopía, alimentar de manera segura a estas personas hambrientas con alimentos nutritivos se ha vuelto más difícil. Investigadores de la Universidad de Utrecht y la Agencia de Evaluación Ambiental de los Países Bajos, así como del Instituto de Investigación para la Paz de Oslo y la Universidad de Uppsala querían comprender cómo el cambio climático y el desarrollo social y económico futuro afectan los conflictos armados. Primero, los investigadores observaron el impacto del cambio climático en los conflictos utilizando métricas como la humedad del suelo y las precipitaciones. El modelo sugiere que estos factores ambientales son en realidad menos importantes que los factores socioeconómicos como la educación y el PIB, ya que a menudo son solo chispas que encienden el riesgo de conflicto en situaciones en las que las personas ya están luchando. Los resultados sugieren que el cambio climático seguirá aumentando el riesgo de conflicto en gran parte de África oriental. Para hacer esto, necesitamos planes de adaptación climática y construcción de paz que tengan en cuenta el cambio ambiental.

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