El Banco de Pagos Internacionales (BPI, por sus siglas en inglés) advierte que lo peor del shock financiero global que provocó la incertidumbre por el coronavirus es el paso de una crisis de liquidez a una crisis de solvencia.

“La abundante liquidez y los apoyos fiscales para atravesar el shock financiero se han extendido por igual a todos los emisores corporativos. Ahora el desafío es identificar los emisores viables de los inviables, que puedan sobrevivir a una lenta recuperación, para intentar limitar la fase de solvencia ”, resaltó el titular del Departamento Monetario y Económico del BPI, Claudio Borio.

En la presentación del Informe Trimestral del BPI, el estratega explicó en una conferencia remota que “no podemos anticipar cómo se disipará la incertidumbre de los inversores, si aún no tenemos certeza sobre la evolución del virus, el tratamiento de la enfermedad que genera y la vacuna “.

En un informe de trabajo anterior, el departamento de investigación del BPI llamó “zombis” a las empresas no rentables especialmente vulnerables a una crisis económica o recesión. Corporaciones que seguramente han logrado sobrevivir al primer impacto del shock financiero tras el estallido del Covid-19, gracias al alivio fiscal y monetario.

Ahora, en el Informe Trimestral, especifican que la tarea de las autoridades financieras es “distinguir entre emisores viables para afinar el estímulo y aquellos que no podrán resistir una lenta recuperación sin estímulo externo”.

Optimismo infundado

En la introducción al documento, que es donde suelen hacer un análisis exhaustivo de la situación económica actual, los estrategas del BPI detallaron que existe una desconexión entre los precios de los activos de riesgo y las perspectivas económicas.

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De continuar esta tendencia, se estaría alimentando un nuevo factor de riesgo, una nueva burbuja financiera, afirmaron.

“A pesar del flujo de noticias macroeconómicas moderadamente positivas en el mercado laboral, la industria y la confianza de los inversores, las previsiones de crecimiento de la economía mundial se mantuvieron en general moderadas y proyectando recuperaciones para finales de 2021”, destacaron.

Se refirieron a la experiencia histórica para mostrar que si se confirma la expectativa promedio de una caída del 4.5% en el PIB a nivel mundial, un aumento en las quiebras corporativas que oscila entre el 20 y el 40% en todo el mundo sería consistente.

En cambio, como indican los diferenciales de crédito, los mercados parecen esperar que las tasas de quiebras corporativas se mantengan bajas.

Retirada determinante

En la conferencia celebrada por el ejecutivo del BPI, destacó que si bien se debe mantener el retiro de los estímulos monetarios y fiscales, es un buen momento para armar una estrategia que garantice la estabilidad.

Pues bien, no hay que olvidar que este apoyo monumental en la crisis ha alimentado una importante deuda por la que hay que responder en algún momento.

“Menos actividad económica significa menores ingresos y menor flujo de capital para las empresas, los gobiernos y para el servicio de sus deudas (…) Si el deterioro del contexto económico persiste, vendrán más rebajas y peores condiciones para captar recursos del mercado , él declaró.

El BPI es reconocido como el banco de los bancos centrales, ya que ayuda a administrar los principales activos de las instituciones monetarias. Está integrado por más de 86 autoridades monetarias como el Banco de México y actualmente lo encabeza Agustín Carstens, quien en su rol de gerente general, advirtió desde julio que se acercaban las dificultades para las familias y las empresas por un deterioro de la solvencia en un país. economía recesiva.

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