Estados Unidos lanza su segundo ataque sobre Yemen para diezmar las capacidades militares de los rebeldes hutíes. El objetivo de los ataques es frenar las acciones de los hutíes, quienes han estado perturbando el tráfico de barcos comerciales en el mar Rojo con ataques y secuestros. El bombardeo más reciente se centró en una instalación de radar a las afueras de Saná sin causar víctimas.

A pesar de los ataques, los hutíes han prometido responder en el momento adecuado y su apoyo interno parece crecer. Decenas de miles de yemeníes han protestado contra los ataques angloestadounidenses, mostrando su descontento con las acciones militares.

La popularidad de los hutíes ha crecido en gran medida gracias a su alianza con la causa palestina. Aprovechando la guerra en Gaza, los hutíes han logrado afianzar su control interno y reclutar nuevos miembros.

A pesar de esto, expertos dudan que los ataques estadounidenses puedan cambiar la conducta de los hutíes. Los ataques hutíes han afectado seriamente el tráfico de buques en el mar Rojo y han encarecido el transporte comercial entre Europa y Asia.

Sorprendentemente, Estados Unidos parece preferir rescatar el comercio internacional y evitar un conflicto regional en lugar de poner fin al castigo en Gaza. Esta postura ha llevado al ministro de Exteriores de Omán a advertir que el ataque angloestadounidense aumentará la peligrosidad de la situación en la región.

Aunque los hutíes controlan menos de la mitad del territorio yemení, gobiernan con mano de hierro y se mantienen firmes en su lucha. Con cada ataque y cada muestra de apoyo interno, los hutíes demuestran que están dispuestos a defender sus ideales y su control. La incertidumbre sobre el futuro de Yemen y la respuesta de los hutíes ante los ataques angloestadounidenses sigue creciendo.