La inactividad durante la infancia aumenta el riesgo de infartos de miocardio y accidentes cerebrovasculares en la edad adulta, según revela un estudio presentado en el Congreso de la Sociedad Europea de Cardiología. El sedentarismo desde la infancia hasta la edad adulta temprana puede causar daños cardiacos, incluso en personas con peso y presión arterial normales.

Un estudio realizado por la organización ‘Children of the 90s’ evaluó a 766 niños a los 11, 15 y 24 años, utilizando un reloj inteligente para medir su tiempo de inactividad. Los resultados mostraron que cada aumento de un minuto en el tiempo de sedentarismo entre los 11 y los 24 años se asoció con un aumento en la masa ventricular izquierda del corazón. Este tipo de aumento en la masa ventricular izquierda en adultos se relaciona con un mayor riesgo de cardiopatía, ictus y muerte.

La Organización Mundial de la Salud considera el sedentarismo como un grave problema de salud en niños y jóvenes. Estima que las personas con niveles insuficientes de actividad física tienen un mayor riesgo de muerte. Se podría evitar entre cuatro y cinco millones de muertes al año si las personas fueran más activas físicamente.

Los jóvenes que pasan muchas horas frente a una pantalla tienen un mayor riesgo de sufrir infartos e ictus. Los expertos recomiendan que los niños y adolescentes se muevan más para proteger su salud a largo plazo. Es fundamental fomentar la actividad física desde edades tempranas, realizando deporte, jugando al aire libre y limitando el tiempo frente a las pantallas.

En conclusión, la inactividad durante la infancia y la adolescencia puede tener consecuencias graves para la salud cardiovascular en la edad adulta. Es importante concienciar a los jóvenes y sus familias sobre la importancia de mantenerse activos físicamente y reducir el tiempo de sedentarismo. Adoptar un estilo de vida activo desde temprana edad puede prevenir enfermedades cardíacas y cerebrovasculares en el futuro.

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