Ahora la Asociación Mexicana de Distribuidores Automotrices, que agrupa unos 3,000 puntos de venta de vehículos en el país, espera ventas de 964,400 unidades para este año frente a las 922,000 estimadas a principios de mayo, luego de un mejor desempeño en junio y julio. . Es una reducción en la estimación de caída del 30% al 26,8%.

Mes a mes, las ventas han ido mejorando consistentemente: se vendieron 34.903 unidades en abril, 42.028 en mayo, 62.837 en junio y 72.897 en julio, según datos del Inegi. La proyección para el mes de agosto es de 81.112 vehículos nuevos.

“Hemos visto que la dinámica de las ventas ha tomado más una forma de ‘U’, por lo que hemos elevado ligeramente nuestra proyección”, dijo en la videoconferencia Guillermo Rosales, subdirector general de la AMDA.

El comportamiento favorable que ha registrado la comercialización de vehículos se explica por la reapertura en la mayor parte del territorio de la operación de los pisos de venta, los fuertes incentivos de fabricantes y distribuidores, las tasas de interés preferenciales, los atractivos términos en las ofertas de financiamiento y el satisfacción de la demanda retrasada durante la contingencia. Adicionalmente, las ventas de flotas han mostrado un desempeño favorable.

“Prácticamente todas las marcas están ofreciendo incentivos. Es un esfuerzo importante de las corporaciones automotrices, que están reduciendo sus márgenes de utilidad ya dañados para incentivar la venta de vehículos que están en inventario”, dice Rosales.

General Motors, por ejemplo, puso sus modelos a precios de empleados y lanzó un programa de bonificación de pago inicial de hasta 200.000 pesos en caso de pérdida de empleo. Kia anunció esta semana una tasa preferencial del 5,5% en algunos de sus modelos, cuando el promedio de la industria es del 13-15%.

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“Son ofertas que nunca había visto”, dice Gerardo San Román, director de la firma de análisis Jato Dynamics, quien lleva 20 años siguiendo el desempeño del sector.