Fakhfakh fue nombrado primer ministro por el presidente Kais Saied en enero después de las elecciones generales del año pasado que terminaron sin un ganador claro y un parlamento fracturado.

La renuncia de Fakhfakh se produjo como una campaña para expulsarlo en un voto de desconfianza.. El moderado partido islamista de oposición, Ennahda, dijo que yon una declaración en Facebook el miércoles había presentado la moción de no confianza al parlamento.

La oficina del primer ministro dijo que la renuncia de Fakhfakh tenía como objetivo evitar más conflictos políticos.

“La decisión se tomó en interés nacional y para evitar más conflictos entre las instituciones estatales en el país y defender el principio de moralización de la vida política”, dijo la oficina en un comunicado.

Fakhfakh fue acusado de conflicto de intereses al poseer acciones en compañías que habían recibido contratos estatales, según Reuters. Niega las acusaciones de irregularidades.

Los informes de los medios estatales citaron a Fakhfakh diciendo que esperaba que su renuncia abriera “al presidente un nuevo camino para salir de la crisis”.

Las protestas tunecinas que comenzaron en diciembre de 2010 dieron paso a la amplia Primavera árabe el año siguiente. El país a menudo se celebra como la única historia de éxito que emerge del movimiento regional, aunque su transición a la democracia ha sido inestable.

Varios gobiernos no han logrado revitalizar la economía y abordar el desempleo, mientras que la pandemia de coronavirus ha empeorado la situación, dejando al país depender de un préstamo del Fondo Monetario Internacional.