Cuando el presidente argentino Alberto Fernández fue elegido el año pasado, muchos esperaban que pudiera sacar al país de una dolorosa crisis económica.

Pero hoy, la economía se enfrenta a una crisis creciente, mientras lucha por hacer frente al plan económico mientras gestiona una coalición paramilitar. Su base de izquierda es leal a la poderosa exvicepresidenta Christina Kirchner.

Los economistas y analistas políticos dicen que bajo su liderazgo, el país ha visto una serie de políticas equivocadas que han llevado a una profunda crisis monetaria y han erosionado la confianza en el gobierno. Los inversores ahora están cuestionando la capacidad de Fernández para evitar una catástrofe financiera en la segunda economía más grande de América del Sur. El Fondo Monetario Internacional espera un total de 12 contratos de contrato para productos nacionales durante una epidemia de coronavirus este año, en la que han muerto 30.000 argentinos.

Las políticas intervencionistas del gobierno han llevado a las empresas extranjeras a abandonar el país, y los estantes de las tiendas para todo, desde champú hasta repuestos de automóviles, son escasos.

“Hay una falta de plena confianza en la gestión de la economía y tiene que ver con la incertidumbre sobre la realidad”, dijo Benjamin Gadden, un experto argentino del Wilson Center, un grupo de políticas con sede en Washington. Dijo que el accidente podría provocar protestas y disturbios políticos y poner en peligro la capacidad de gobierno de Fernández.