La empresa de videojuegos THQ cierra sus puertas dejando huérfanas a varias IPs emblemáticas
La editora de videojuegos estadounidense THQ, conocida por títulos como Darksiders, cerró hace más de una década después de declararse en bancarrota, dejando en el aire el futuro de varias de sus franquicias más queridas.
En 2012, la empresa atravesaba una mala racha y acumulaba pérdidas importantes. El juego Darksiders II, lanzado en agosto de ese mismo año, tenía un presupuesto colosal de 50 millones de dólares. A pesar de ser aclamado como una de las mejores secuelas de la industria, Darksiders II resultó ser un fracaso comercial para THQ.
Tras la quiebra de la empresa, los derechos de la marca Darksiders fueron adquiridos por Nordic Games, quien se encargó de continuar la saga. Darksiders II se destacó por su mundo abierto, diseño artístico, banda sonora, jugabilidad y diseño de escenarios y mazmorras, convirtiéndose en un referente en el género de aventura y acción.
A pesar de sus bajas ventas, Darksiders II es considerado uno de los mejores juegos del siglo en su categoría. Tras la disolución de THQ, sus propiedades intelectuales fueron subastadas entre diferentes compañías, y la saga Darksiders continuó bajo el desarrollo de Gunfire Games, un estudio formado por ex-empleados de Vigil Games.
Los fanáticos de la franquicia esperan ansiosamente un cuarto juego principal de la saga, aunque admiten que será difícil superar la sombra dejada por Darksiders II. La historia de THQ y Darksiders sigue siendo recordada en la industria de los videojuegos como un caso emblemático de éxito y fracaso en la industria del entretenimiento digital.