Han pasado 30 días desde que los milicianos de Hamás realizaron una operación sin precedentes en territorio israelí, matando a cientos de civiles en el ataque más mortífero sufrido por Israel en un solo día. Desde entonces, Israel ha lanzado una serie de ataques contra la franja de Gaza y su población, con 11.000 ataques aéreos en 30 días, nueve veces más que Rusia en Ucrania y 18 veces más que Estados Unidos en Afganistán en 2019.

Hamás afirmó haber lanzado 7.000 ataques aéreos sobre Israel, aunque la mayoría fueron repelidos por el escudo antimisiles del país. Según el Ministerio de Sanidad de Gaza y Naciones Unidas, más de 10.000 personas han muerto en Gaza, mientras que en Israel se han registrado 1.400 víctimas civiles.

En Gaza, cerca del 45% de los edificios residenciales han sido destruidos o están inhabitables, mientras que en Ucrania, en los primeros cuatro meses de invasión, se dañaron aproximadamente 817.000 edificios con uso residencial. En cuanto a las víctimas infantiles, casi uno de cada dos habitantes de Gaza tiene menos de 18 años, lo cual explica el alto número de niños fallecidos en los bombardeos israelíes.

Las cifras de fallecidos en Gaza son reconocidas y utilizadas por organismos internacionales, y son consideradas generalmente fiables por organizaciones de derechos humanos. El alcance de la destrucción en Gaza se puede apreciar a través de imágenes satelitales, que muestran el daño en barrios residenciales y campos de refugiados.

Estos eventos han generado una gran preocupación a nivel internacional, con llamados a un alto al fuego y a la protección de los derechos de los civiles en conflicto. La comunidad internacional ha pedido una investigación independiente sobre posibles violaciones del derecho humanitario internacional en el conflicto.

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En medio de esta tragedia, la situación humanitaria en Gaza se ha vuelto crítica, con escasez de alimentos, agua y suministros médicos. Las organizaciones humanitarias han hecho un llamado urgente a la comunidad internacional para que brinde asistencia humanitaria a los afectados y garantice el acceso a la ayuda humanitaria en la región.

En resumen, los últimos 30 días han sido testigos de una escalada de violencia sin precedentes entre Israel y Hamás, con consecuencias devastadoras para la población civil en Gaza. La comunidad internacional debe actuar de manera urgente para poner fin a este conflicto y garantizar la protección de los derechos humanos de todas las personas afectadas.