El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos.
El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos.FERNANDO ALVARADO / EFE

Todavía se desconoce exactamente qué impacto tendrá la pandemia en la economía, pero poco a poco aparecen más datos que arrojan luz sobre la magnitud del golpe. El Banco de España estima que el retroceso del PIB en el segundo trimestre está entre 16% y 21.8%, según lo que dijo el martes el gobernador de la entidad, Pablo Hernández de Cos, durante su aparición en la Comisión de Reconstrucción del Congreso. “La estimación preliminar del INE indica que el PIB disminuyó un 5,2% en los primeros tres meses del año, lo que representa la mayor caída trimestral en nuestra historia reciente”, recordó Hernández de Cos. “Y todo esto a pesar de que las medidas de contención solo afectaron las últimas dos semanas del primer trimestre”.

El gobernador ha dejado un mensaje muy claro: lo peor aún no ha llegado y todavía hay mucha incertidumbre sobre el futuro. El supervisor ya ha modificado sus previsiones sobre el rendimiento de la economía española a medio plazo frente a la furia del covid-19, reduciendo su rango de previsiones e introduciendo un escenario más adverso que contempla un empeoramiento significativo de la situación de salud. En el primer escenario, la caída del PIB estaría entre el 9% y el 11% este año, dependiendo de si hay recrecimientos moderados o no; en el peor de los casos, la caída excedería el 15%.

El golpe tampoco será el mismo en todos los sectores. En la fase actual de “nueva normalidad” en la que toda España acaba de entrar, los efectos desiguales que la crisis está teniendo en diferentes sectores, tipos de empresas y grupos de población se volverán “más visibles”, dijo el gobernador del Banco de España. . “La crisis de covid-19 está teniendo una incidencia muy heterogénea por ramas de actividad, y no se puede descartar que algunas de estas dinámicas terminen causando cambios permanentes en la composición sectorial de la economía”.

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El gobernador ha defendido el impulso fiscal para atenuar el impacto del covid-19 durante la primera medida de la crisis, pero ha exigido un plan para ajustar las cuentas públicas. “El mayor impulso presupuestario en la actualidad debe venir de la mano de una estrategia clara para limpiar las cuentas públicas en el mediano plazo a través de una revisión del gasto y la estructura y la capacidad fiscal”, dijo Hernández de Cos, que describió como deuda y El déficit público crecerá.

El déficit de las Administraciones Públicas (AAPP), que en 2019 era del 2,8% del PIB, aumentaría este año al 9,5% en el escenario de recuperación temprana y al 11,2% en el escenario de recuperación gradual. El repunte de la actividad económica en 2021 y 2022, junto con el desvanecimiento del impacto de las medidas transitorias adoptadas en respuesta a la pandemia, conduciría a una disminución del déficit en estos años, pero esto aún estaría en niveles en 2022 notablemente superior a los de los últimos ejercicios. Del mismo modo, la relación deuda pública / PIB aumentaría aproximadamente entre 20 puntos y 25 puntos en 2020, llegando a cerca del 115% y 120% en cada uno de los dos escenarios, y se mantendría en niveles muy altos en los dos años siguientes , ha remarcado.