Investigadores de la Universidad de Sydney han publicado en el número en linea de la revista Vacuna, los resultados de estudios clínicos para saber si el ejercicio físico durante quince minutos realizado antes o después de recibir vacunas contra el virus del papiloma humano o influenza reduce o aumenta los efectos adversos reportados después de la vacunación.

Llegaron a la conclusión de que el ejercicio físico mejora eficazmente la tolerancia a las vacunas, como ya habían demostrado estudios previos, y especialmente las tasas de reacciones locales como dolor e hipresensibilidad en el lugar de la inyección son menores. Además, también reduce los efectos adversos generales como fiebre y disminución del apetito.

Los investigadores británicos también afirman que ejercitar el músculo para vacunarse contra la influenza mejoraría la respuesta del sistema inmunológico. “Estamos tratando de encontrar algo simple que pueda beneficiar la respuesta del cuerpo a la vacuna”, dijo la Dra. Kate Edwards de la Universidad de Birmingham.

El ejercicio físico implica la participación de prácticamente todos los sistemas y órganos del cuerpo humano. La respuesta adaptativa de los sistemas cardiovascular, musculoesquelético, neuroendocrino e inmunológico varía con la duración, intensidad y frecuencia de la actividad física. Las respuestas fisiológicas al ejercicio, como las producidas por cualquier otro tipo de estímulo, corresponden a los cambios bruscos y transitorios que experimenta la función de un determinado órgano o sistema, oa los cambios funcionales que se producen durante la realización del ejercicio. ejercicio y desaparecen rápidamente una vez finalizada la actividad.

Si el estímulo persiste con suficiente frecuencia y duración, se producirán adaptaciones en los sistemas que facilitarán las respuestas fisiológicas al realizar la actividad física, que implican la respuesta integrada de diferentes sistemas.

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Es importante señalar que los efectos inmunológicos beneficiosos de la actividad física siempre se limitan a niveles de intensidad moderada. Existe evidencia científica de que el ejercicio intenso puede resultar en un aumento en la incidencia de enfermedades infecciosas y una disminución correspondiente en varios mediadores de la función inmunológica.

De manera similar, la evidencia acumulada sugiere que la activación del sistema inmunológico está relacionada con la función del sistema nervioso y puede modificar la función del sistema neuroendocrino.

Esta interconexión de los sistemas inmunológico, nervioso y hormonal es altamente funcional y está influenciada por factores estresantes como el ejercicio físico. El ejercicio tiene poderosos efectos estimulantes sobre la función de las células involucradas en las acciones de defensa del cuerpo.

Vacúnese, mejor seguro.

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