Los miembros de la moneda única deciden el jueves a quién entregarán la campana influyente con la que el jefe del Eurogrupo marca el comienzo de las reuniones de los ministros de finanzas. La vicepresidenta española Nadia Calviño y el irlandés Pascual Donohoe son los dos candidatos que llegan al tramo final con el mayor apoyo. Madrid se acerca a las elecciones con optimismo y, al mismo tiempo, precaución, consciente de la fragilidad de algún apoyo. Francia, que podría inclinar la balanza, aún no se ha decidido oficialmente por ninguno de los tres candidatos.

Solo 24 horas para decidir el nombre del futuro jefe del Eurogrupo, las fuentes diplomáticas coinciden en que aún es “demasiado pronto” para saber quién prevalecerá en la carrera que Calviño y Donohoe mantienen con el luxemburgués Pierre Gramegna. Las capitales han intensificado los llamados para unir el apoyo y buscar votos en el campo opuesto para una eventual segunda vuelta. El objetivo: obtener diez votos para convertirse en presidente del Eurogrupo.

Una de las incógnitas es el significado de la votación francesa. A pesar de que el presidente Emmanuel Macron pertenece a la misma familia política del candidato luxemburgués, los liberales, todo indica que apoyará a Nadia Calviño, mucho más cerca de sus tesis en temas como el plan de recuperación o la tarifa digital. Además, la presidencia del Eurogrupo fue uno de los temas que Macron discutió en Meseberg con la canciller alemana, Angela Merkel, quien ha hablado públicamente a favor del español.

Aun así, París está hecha para mendigar. Fuentes francesas aseguran que la decisión final aún no se ha tomado y consideran que los tres candidatos son “excelentes”. Además, están a favor de analizar el escenario internacional anterior, en el que creen que Francia podría tener una mayor presencia.

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Según fuentes comunitarias, en París hay interés por la presidencia del Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo (BERD), por el cual ha nominado a su tesorero jefe, Odile Renaud. Italia y Polonia también han presentado nominaciones. Esta elección requiere una doble mayoría: en votos y en peso accionario. Y allí España comienza con una ventaja al tener el 3,4% de las acciones, en comparación con el 0,3% en Irlanda o el 0,2% en Luxemburgo.

En este momento, el Eurogrupo está roto. Calviño cuenta con el apoyo de España, Alemania, Italia, Portugal, Grecia y Finlandia, según fuentes comunitarias. Si Francia se une a ese grupo, el vicepresidente será oficialmente el candidato de los grandes. La posición de Malta no está clara, ya que dice que todavía no tiene respuesta. Tampoco Lituania, cuyo primer ministro Sánchez envió por teléfono, según fuentes diplomáticas, hace un par de semanas y acordó las prioridades del presupuesto de la UE, la urgencia del fondo de recuperación o la necesidad de continuar con la reforma del euro.

Según fuentes diplomáticas, el Primer Ministro llamó al resto de los líderes en las últimas semanas, aunque, dijo, sin “mezclar” esas negociaciones con las del fondo de recuperación. Alemania también está haciendo campaña por los españoles. Sin embargo, Madrid vive las próximas 24 horas como una “pelea dura”.

Las fortalezas y debilidades de Donohoe

Fuentes diplomáticas describen a Donohoe como un “fuerte rival”. “No será tan fácil como parecía hace dos semanas”, coinciden fuentes comunitarias. El irlandés se fue con grandes desventajas: cuando dio el paso no se le garantizó que habría un gobierno en su país, por ahora no cuenta con el respaldo de ninguno de los grandes y proviene de un país con bajos impuestos que bloqueó el tasa digital, una de las reformas que París anhela. Hasta el momento, solo Austria ha defendido públicamente su candidatura, pero es cierto que el Partido Popular Europeo (PPE) está haciendo campaña por él. Eso no le da todo el apoyo de la familia política automáticamente: Grecia apoyará a Calviño y los Países Bajos, Gramegna.

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Sin embargo, el apoyo del PPE les abre un terreno de pesca, además de Irlanda, Chipre, Eslovenia, Eslovaquia y Letonia. Estonia, cuyo ministro de finanzas pertenece a la derecha nacionalista, también podría apoyar a los irlandeses. Algunos diplomáticos también ven a Donohoe como un político de “consenso”, que suscita simpatía entre la mayoría de los ministros de la zona euro. Y al igual que su predecesor, Mário Centeno, proviene de un país que tuvo que ser rescatado después de la Gran Recesión.

España e Irlanda han concentrado sus esfuerzos diplomáticos en la presidencia del Eurogrupo después de que ambos países se hayan negado a participar en la carrera por el liderazgo de la Organización Mundial del Comercio (OMC). Fuentes comunitarias sostienen que España tiene una buena representación institucional con Josep Borrell como alto representante de Política Exterior y Seguridad Común y con Luis de Guindos como vicepresidente del Banco Central Europeo.

Sin embargo, Irlanda también ganó posiciones notables en el último año. El país acaba de ganar un puesto no permanente en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y el liderazgo general de la Agencia Europea de Medicamentos, que estará a cargo de Emer Cooke. El año pasado, además, se hizo cargo de la poderosa cartera de Comercio de la Comisión Europea, que está en manos de Phil Hogan, y con una posición importante en el Comité Ejecutivo del BCE, con el nombramiento de Philip Lane como economista jefe.

Sobre el papel, Calviño sigue siendo el favorito. No solo por un CV, sino también porque permitiría mantener los equilibrios complejos actuales en la cima de la UE, con un candidato del sur y un socialdemócrata, lo que mantendría la paz entre las grandes familias políticas europeas. Y abriría la puerta por primera vez a una mujer, la única en la sala, al frente de la institución. Además, si logra embarcar a Francia en su proyecto, estaría detrás de un grupo de países que representa casi el 80% del PIB de la zona del euro. “Los soportes no se pesan. Un país, un voto ”, recuerdan fuentes comunitarias.

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La batalla, entonces, podría resolverse con el apoyo dejado por el tercero en desacuerdo, Pierre Gramegna. El luxemburgués, quien este jueves afirmó en la televisión CNBC su antigüedad y su capacidad para construir puentes entre el norte y el sur, tendría al menos el apoyo del resto del Benelux, es decir, Bélgica, que se negó a comentar sobre su posición, y Los países bajos. . En la ronda final, esos votos podrían ser clave. “Todas las opciones están abiertas”, dicen las fuentes europeas. Sabiendo que no puede confiar en su papel favorito, el ambiente de Calviño mantiene la prudencia. Pero la batalla diplomática en Madrid y Dublín se intensifica frente a una elección disputada.