MADRID, 9 (EUROPA PRESS)

El Gobierno de Bolivia ha lamentado la ausencia de algunas organizaciones políticas, como el Movimiento por el Socialismo (MAS) del expresidente Evo Morales, en la mesa de diálogo convocada para este domingo por la presidenta interina, Jeanine Áñez, para resolver las múltiples crisis en el país .

Sin embargo, el gobierno ha criticado los obstáculos impuestos por los sindicatos afines al MAS por manifestar un carácter político, y los ha desafiado a revelar sus “verdaderas intenciones”.

“Lamentamos la ausencia de los representantes de algunos partidos políticos y agradecemos la participación de la Iglesia Católica y de organismos internacionales que cumplen un rol de observación y mediación”, dijo el ministro de la Presidencia, Yerko Núñez, en declaraciones a la Agencia Boliviana. de Información (ABI).

“La ruptura del diálogo (con el Legislativo) muestra que el propósito de las movilizaciones era otro y no definir la fecha de las elecciones”, agregó.

El gobierno boliviano ha pedido al MAS ya los partidos políticos que revelen sus intenciones y su agenda política. Además, criticó la acción “inhumana y criminal” impulsada por la Central Obrera Boliviana (COB) y el Pacto de Unidad, que aglutina a sectores afines al MAS.

El Gobierno denuncia que los bloqueos de los sindicatos -que exigen unas elecciones anticipadas, fijadas originalmente para octubre, al mes de septiembre- en las carreteras del país están dificultando enormemente la lucha contra el coronavirus.

La actual crisis política en Bolivia estalló con las últimas elecciones del 20 de octubre. La oposición denunció un fraude electoral de Morales que fue confirmado por la Organización de Estados Americanos (OEA) cuando detectó “irregularidades”.

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Morales dimitió y se exilió –primero a México y luego a Argentina–, lo que provocó una ola de disturbios que se saldaron con más de 30 muertos en enfrentamientos entre sus partidarios y detractores y con las fuerzas de seguridad.

Los partidos acordaron repetir las elecciones el 3 de mayo pero tuvieron que ser aplazados por el coronavirus. Ante la imposibilidad de fijar una nueva fecha, el Congreso -controlado por el MAS- señaló el 6 de septiembre, algo aceptado por el Tribunal Supremo Electoral, aunque no tanto por el Gobierno, que insistió en posponer aún más las elecciones.

Finalmente, el TSE anunció a fines de julio que la votación tendrá lugar el 18 de octubre. “Esta elección requiere las mayores medidas de seguridad sanitaria posibles para proteger la salud de los bolivianos”, dijo Romero.

El MAS, por su parte, denuncia una táctica del nuevo partido gobernante para evitar que su candidato Luis Arce, favorito en las urnas antes de la crisis sanitaria, gane las elecciones presidenciales.