La Habana, 19 sep (Prensa Latina) La dulce historia del azúcar comienza en la antigüedad. Manuscritos chinos del siglo VIII a.C. atestiguan que el uso de la caña de azúcar se originó en la India, en una planta originaria del suroeste de Asia y, también, en Nueva Guinea una especie originaria de los trópicos.
La palabra azúcar proviene del sánscrito sharkara que los persas transformaron en sakar. Los griegos lo llamarían sakjar; El árabe clásico lo llamó sukkar, y el árabe español más tarde lo llamó assúkar.
Alejandro el Grande y sus soldados macedonios fueron llevados a su tierra natal, “el bastón de miel”. Los cruzados, mientras tanto, llevaron la ‘sal dulce’ a Europa después de las campañas en Tierra Santa.
En agosto de 1492, Cristóbal Colón desembarca en Canarias para abastecerse de vino y agua; Allí mantuvo una relación sentimental con Beatriz de Bobadilla. Ella le entregó unas cañas de azúcar como prenda de amor que, al llegar a América, motivaría la primera zafra que tuvo lugar en la isla de La Española en 1501. En la década de 1520 se construyeron muchos ingenios azucareros en Cuba y Jamaica.
El arte junto con la historia nos permite recordar que la producción de azúcar, como se ha reflejado en diversas obras de arte, fue el resultado de la sangre, el sudor amargo del esclavo y las lágrimas de la opresión. El historiador británico Noel Deer asegura que 20 millones de africanos se comercializaron y dos tercios de ellos se pagaron con este grano.
Un pueblo del sur de la República Oriental del Uruguay se llama Pan de Azúcar; así como una montaña en Río de Janeiro, Brasil, y el Parque Nacional Chileno.
Sugar Ray Robinson, en el boxeo profesional estadounidense, y la cantante cubana Celia Cruz con su frase ‘azúcar’, reflejan la presencia de esta en el deporte y el arte. Junto a recetas culinarias: tartas, postres, dulces, helados, mermeladas …, que junto al chocolate es para saborear.
Ya sea que se obtenga de la caña de azúcar o de la remolacha, este producto, que pertenece a los carbohidratos simples, es considerado una de las principales fuentes de energía para el cuerpo humano y muy necesario en sus funciones. Sin embargo, el problema surge de la proporción en el consumo y los tipos de azúcares utilizados. De los existentes, el denominado marrón o marrón es el menos procesado y el más beneficioso. Entre las ventajas que ofrece se encuentran: proporcionar la energía necesaria, una sensación de bienestar; Pero si comes en exceso, el menor de todos los males serán las caries, ya que también se relaciona con el sobrepeso, la obesidad y favorece un aumento de los triglicéridos.
Además, el uso inadecuado está relacionado con intolerancia a la glucosa, diabetes mellitus, arteriosclerosis, aterosclerosis y cáncer de páncreas. Ahora se reconoce que algunas personas son adictas a los alimentos azucarados.
Démosle al azúcar la proporción exacta en nuestras vidas y respetemos su paso por la historia y las artes.
* Maestría. Profesor Asistente de Medicina Interna, Jefe de la
Investigación en Historia, Arte y Medicina (Histartmed)
(Tomado de Medical Advances of Cuba)
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