También insta a reconocer que la infección por SARS CoV-2 se considera una enfermedad profesional.

3 de noviembre de 2020 2:11 pm

La crisis de salud no es solo un problema nacional, sino mundial. La infección por SARS-CoV-2 también entre los profesionales de la salud. Es por ello que este ha sido uno de los temas tratados durante la Asamblea General de la Asociación Médica Mundial (AMM). Específico, la AMM exige que los gobiernos de todo el mundo reconozcan que COVID-19 se considera una enfermedad ocupacional. También que la profesión médica está declarada en riesgo.

Al respecto, el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM) recuerda que desde el pasado mes de mayo se han tomado las acciones oportunas para hacerlo realidad en nuestro país.

El objetivo es reconocer la lucha de la profesión médica contra la pandemia a través de este Resolución urgente. Aboga diferentes acciones y consideraciones en la lucha contra COVID-19. Entre ellos, el suministro de equipo y material de protección personal (EPI) suficiente para los profesionales de la salud.

Profesión en riesgo

El hecho de declarar al la profesión médica como profesión en riesgo También significa priorizar tu salud. Por tanto, la AMM solicita que solicita que la atención a los profesionales de la salud sea una prioridad, especialmente en el campo de la salud mental.

Asimismo, la AMM también busca luchar contra la violencia hacia los médicos y contra cualquier signo de estigmatización. Otro motivo para que los médicos sean considerados una profesión en riesgo. Por ello recuerdan que la profesión médica que sigue cumpliendo con su compromiso con la ciencia y los pacientes debe ser apoyada.

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Por todo ello, valoran como imprescindible proporcionar financiamiento suficiente para los sistemas de salud. Esta es la única forma en que pueden hacer frente a los costos de la pandemia y garantizar una atención médica accesible y de calidad. Con este fin, instan a los gobiernos a adoptar un enfoque multilateral coordinado a nivel mundial para la crisis. El final es promover la igualdad en las intervenciones, el acceso a los servicios de salud, tratamientos y futuras vacunas.