El Papa Francisco hace su primera salida de Roma en siete meses este sábado para visitar la ciudad italiana de Asís, donde nació San Francisco, y firmar su tercera encíclica dedicada a la “hermandad”, tema central de su pontificado.
El Papa latinoamericano, que lleva prácticamente encerrado en el Vaticano desde que empezó la pandemia, con breves visitas a iglesias de Roma, ha incrementado sus llamamientos a la “solidaridad global” ante el coronavirus, recordando repetidamente que el virus y la crisis económica han golpeado especialmente a los más pobres del mundo.
“No podremos salir de esta crisis como antes. Está en nuestras manos salir mejor o peor ”, reconoció el Papa, que aparentemente escribió gran parte de la encíclica, la tercera de su pontificado, durante el largo encierro.
La pandemia nos ha mostrado “la gran desigualdad que reina en el mundo: desigualdad de oportunidades, de bienes, de acceso a la salud y la tecnología”, lamentó la semana pasada en un discurso enviado a Naciones Unidas.
Francisco, cuyo último viaje se remonta al 23 de febrero para visitar Bari, una ciudad portuaria del sur de Italia, donde asistió a un encuentro internacional de obispos del Mediterráneo, ha tenido que abandonar el contacto con las multitudes que aprecia.
Unos días después de que Italia decretó el encierro el 9 de marzo, el Vaticano anunció que cumpliría con todas las disposiciones adoptadas en la península para evitar la propagación del virus dentro de la Ciudad del Vaticano.
– Coronavirus y fraternidad –
La dramática imagen del Viernes Santo pasará a la historia cuando el jefe de la Iglesia Católica oró solo frente a la inmensa explanada de la Plaza de San Pedro por el fin de la guerra contra un enemigo invisible.
Durante el rito sin precedentes, en el que concedió plena indulgencia al mundo entero, el Papa llamó a “remar juntos”.
“Estamos todos en el mismo barco y estamos llamados a remar juntos”, dijo, invitando a “activar la solidaridad, capaz de dar sentido en estas horas en las que todo parece naufragar”, enfatizó.
La misma solidaridad pidió al retomar la tradicional audiencia de los miércoles con los fieles en septiembre, pero esta vez en un patio cerrado dentro del Vaticano con capacidad para solo 500 personas.
Los viajes de Francisco, que realizaba un promedio de siete giras internacionales al año, han sido suspendidos hasta nuevo aviso y no podrá programarlos hasta que no haya una vacuna contra el covid-19.
Y es precisamente el coronavirus el que inspiró su nueva encíclica, con el título “Fratelli tutti” (“Todos los hermanos”), que firmará el sábado en la tumba de San Francisco.
Un gesto simbólico ante el “santo de la hermandad” para hablar del mundo que nos espera tras la primera pandemia del tercer milenio, de la sociedad “enferma”, de las desigualdades, todas cuestiones que él ha abordado a lo largo de estos meses.
El pontífice firmará el texto en una ceremonia privada y sin cámaras después de haber celebrado la misa en la basílica franciscana. El documento papal se dará a conocer oficialmente el domingo, día en que se celebra a San Francisco de Asís.
(Con información de AFP)
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