Las infecciones respiratorias se disparan durante las fiestas navideñas, incluyendo la gripe, COVID-19 y el Virus Respiratorio Sincitial (VRS). Los síntomas de estas enfermedades pueden durar hasta 10 días y incluyen congestión, fiebre y posible náuseas y vómitos relacionados con la variante JN.1 del coronavirus.

Aunque estas nuevas variantes no parecen ser más peligrosas ni graves que otras, sí se ha observado que son más contagiosas. Por lo tanto, el uso de mascarillas en espacios cerrados, como el transporte público o los centros comerciales, se ha incrementado como medida de protección.

A pesar de que el confinamiento por el COVID-19 había reducido los casos de gripe, ahora esta enfermedad ha resurgido con fuerza debido a la falta de inmunidad. La tasa actual de infecciones por gripe es de 900 casos por cada 100,000 habitantes.

Se espera que el pico de la gripe se alcance la próxima semana, después de las festividades de los Reyes Magos. Ante esta situación, las autoridades sanitarias están recomendando medidas como la higiene de manos, cubrirse la nariz y la boca al toser o estornudar, usar mascarillas y realizar pruebas de antígenos en caso de presentar síntomas.

Es importante destacar que el uso de mascarillas no debe desaparecer, sino que deben emplearse solo cuando se está enfermo y en espacios cerrados o cerca de personas vulnerables. Las mascarillas quirúrgicas son suficientes para el uso diario, pero se recomienda el uso de mascarillas FFP2 en espacios cerrados.

Asimismo, las pruebas de autodiagnóstico para la gripe o COVID-19 son útiles para conocer si se tiene una infección respiratoria y así tomar las medidas adecuadas. Sin embargo, es importante recordar que no se debe pasar de no protegerse en absoluto a estar constantemente con medidas de protección, especialmente al estar cerca de personas vulnerables y encontrarse enfermo.