Los líderes de la UE se reunieron nuevamente este viernes en Bruselas sin saber cuándo abandonarán el edificio del Consejo Europeo. Algunas delegaciones no descartaron incluso continuar negociando hasta el domingo. Sin embargo, nadie estaba seguro de si los jefes de estado y de gobierno regresarán a sus capitales con un acuerdo bajo sus brazos o con los bolsillos vacíos. El primer ministro holandés, Mark Rutte, vio el vaso medio vacío y dijo que las posibilidades de que salieran con un pacto eran inferiores al 50%. Incluso la canciller alemana, Angela Merkel, aún estaba lejos de ver el acuerdo. Antes de que comenzara la cumbre ayer, se abren tres posibilidades.

Sin embargo, la mayoría de los jefes de Estado y de gobierno vinieron con la intención de acordar el presupuesto de la UE y el fondo de recuperación. Esa es la primera opción. Fuentes diplomáticas afirmaron que la cuestión estaba en el margen con el que Rutte llegó para renunciar a la suerte de veto que se reservó para desembolsar el fondo de recuperación sin recibir un revés de su parlamento a su regreso. Si él cedía, todavía había una posibilidad. “Nunca se sabe, todavía es posible”.

Si los líderes no logran llegar a un acuerdo, el escenario más probable es el de otra cumbre. La pregunta es cuándo. Y nadie parece tener la respuesta definitiva. Fuentes comunitarias explican que dependerá del curso del actual. “Puede haber dos escenarios: que en efecto solo un país está bloqueando el acuerdo o que varios países ponen una multitud de demandas y líneas rojas sobre la mesa y terminan convirtiéndose en un alboroto”, explican fuentes comunitarias. Además, queda por ver si solo quedarían pendientes cuestiones menores y técnicas u otras de mayor importancia.

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Los líderes podrían convocar una cumbre en cuestión de días si solo queda un capital para convencer o si son problemas que creen que pueden resolverse. Esta sería la segunda posibilidad. Un bloqueo más serio y de orden superior requeriría más contactos bilaterales entre el Presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, y los países miembros y tomaría entre una y dos semanas. Si la cumbre resulta ser un caos, las fuentes diplomáticas no descartan incluso posponerla hasta finales de agosto o septiembre. Y esa sería la tercera opción.

Hasta ahora, los Países Bajos no han tenido demasiada prisa para llegar a un acuerdo, mientras que España e Italia quieren cerrarlo rápidamente para su aprobación por el Parlamento Europeo y la Comisión para lanzar su emisión de deuda y lanzar planes y desembolsos de inmediato.