El consumo de bebidas endulzadas artificialmente (ASB) está en aumento como sustitución de las bebidas endulzadas con azúcar, según un nuevo estudio realizado por investigadores de la Universidad Internacional de Valencia.

Según el estudio, estos productos son considerados como saludables por la industria de alimentos y bebidas, ya que no contienen azúcar y tienen pocas o ninguna caloría. Sin embargo, los investigadores han descubierto que el consumo de edulcorantes como la sacarina o la sucralosa está asociado a riesgos para la salud.

El estudio revela que los consumidores habituales de ASB tienen un mayor riesgo de obesidad, diabetes tipo 2, hipertensión y enfermedades cardiovasculares. Esto ha generado preocupación entre muchos investigadores, ya que hay evidencias de que el consumo de ASB puede no ser saludable para los humanos, a pesar de las afirmaciones tranquilizadoras de la industria.

Además, se han encontrado cambios en el microbioma intestinal en ratones y humanos, lo que puede influir en el metabolismo, el apetito y el almacenamiento de grasa. Estudios experimentales en humanos han demostrado cambios cardio metabólicos rápidos y dañinos inducidos por edulcorantes artificiales.

En particular, la sucralosa y la sacarina se han asociado con una intolerancia a la glucosa en adultos sanos después de solo 2 semanas de consumo diario. Estos resultados sugieren que el consumo de ASB también está asociado con un mayor riesgo de obesidad y diabetes tipo 2.

El estudio sugiere que los ASB podrían aumentar el riesgo de obesidad, diabetes tipo 2, hipertensión y enfermedades cardiovasculares. Además, hay evidencia clínica de que el consumo de ASB puede influir en los receptores del sabor dulce y en las comunicaciones cerebrales.

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En conclusión, se necesita realizar más trabajos experimentales para determinar los efectos crónicos de los ASB en el peso corporal y el riesgo de enfermedades cardio metabólicas. Los investigadores advierten que, aunque estos productos son presentados como saludables, pueden tener consecuencias negativas para la salud a largo plazo.