Apple, la reconocida compañía de tecnología, ha sido objeto de especulación en cuanto a su posible incursión en el sector del gaming. Aunque la empresa no se ha pronunciado oficialmente al respecto, existen varios factores que explican por qué no se aventura en este ámbito.

Uno de los principales motivos es el complejo proceso de reparación, actualización y mantenimiento que implica el mundo de los ordenadores de gaming. Apple no desea que cualquiera pueda manipular sus sistemas, por lo que prefiere mantener un control más estricto sobre ellos.

Otra de las limitaciones radica en el software. La gran mayoría de los juegos utilizan DirectX, una API propietaria de Microsoft. Apple, por su parte, tiene políticas restrictivas en cuanto a qué software permite en su plataforma y no dudaría en expulsar un juego si no cumple con sus requisitos.

Además, la compañía ha dejado de utilizar procesadores Intel y tarjetas gráficas NVIDIA en sus ordenadores Mac. Prefieren tener un ecosistema más cerrado y soluciones basadas en sus propios gustos y necesidades.

Por otro lado, los precios de los ordenadores de Apple son conocidos por ser desorbitados en comparación con otras opciones en el mercado. La empresa se enfoca en segmentos donde la gente está dispuesta a pagar grandes sumas de dinero sin quejarse, por lo que la inversión en el desarrollo de ordenadores gaming no entraría en esta estrategia.

En resumen, Apple no fabricaría un producto “hortera” porque prefiere mantenerse dentro de sus políticas cerradas y enfocarse en segmentos de mercado donde los consumidores estén dispuestos a pagar altas cantidades de dinero. Aunque el gaming pueda ser un sector lucrativo, la compañía ha decidido no adentrarse en él, priorizando en cambio otros ámbitos tecnológicos.