Ni siquiera el periquito más optimista puede apostar por la salvación del Español. No son pocos los que prefieren dejar de sufrir y que la entidad se centre en trabajar en el proyecto para la próxima temporada en Segundo
División. Pero la obligación y el deseo, al menos de Rufete, es luchar hasta el último aliento, hasta matemáticamente imposible, por esa quimera que ha martirizado al equipo durante todo este año. La derrota del Celta en Mallorca nos invita a hacer el cuentas de lechera Espanyol con un calendario a medida, con rivales de su Liga (Leganés, Eibar y Celta) y el desafío del derbi en el Acampar
Nou en el horizonte. Pero cada posible cabal obtiene una victoria esta noche en el Reale Arena contra una Real Sociedad en pocas horas.



El equipo de periquitos comenzará el juego inferior a diez puntos del Celta (34 puntos). En ausencia de seis días, el puntaje máximo al que puede aspirar el grupo de Rufete si logra un triunfo completo es de 42 puntos, una cifra teórica en la que la salvación se establece cada temporada. Cualquier revés, por lo tanto, significaría un retroceso definitivo, lo que también ayudaría al resto de sus rivales a vivir con más tranquilidad durante el resto de la temporada.


Con el agua hasta el cuello

Una derrota en Anoeta podría provocar el descenso del Espanyol tan pronto como el próximo domingo.

Real Sociedad, un verdugo español en la Copa del Rey con Abelardo en el banquillo, llega al muy necesario duelo. La gente de San Sebastián acumula cuatro derrotas consecutivas, una más que el Espanyol, y necesitan los puntos para mantener el séptimo lugar que da acceso a las competiciones europeas la próxima temporada. Esta crisis de resultados alimenta la esperanza de Rufete, aunque quizás por esa razón será más difícil lograr los tres puntos.

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El entrenador de periquitos abre en casa con todos sus hombres importantes disponibles, y queda por ver si mantendrá el 4-2-3-1 que usó contra el Real Madrid y eso le permitió ofrecer una imagen más convincente a pesar de la derrota. Además, la cuestión de quién ocupará el lado derecho permanece, ya que en los últimos tres días Javi López, Pipa y el joven Víctor Gómez se han turnado.

Para varios juegos, el Espanyol se ha detenido dependiendo de sí mismo. Con seis citas por delante, parece esencial que los resultados de sus rivales directos acompañen este momento imposible para evitar el descenso. Una victoria abriría una raja de esperanza en una tarea prácticamente inalcanzable. Una derrota traería la posibilidad de que los periquitos fueran un equipo de Segunda División ya al día siguiente, contra Leganés, uno antes de la temible visita al Camp Nou.