En su lucha por que los gigantes lleguen a la zona europea, Valencia agregó tres puntos de oro. El trueno portugués Gonçalo Guedes, que parece solo saber marcar goles que conllevan dificultades extremas, lideró la victoria del equipo de murciélagos contra un desconocido Osasuna que pagó un alto precio por su letargo inicial. La electricidad de Guedes y Rodrigo quemó a Osasuna en la primera mitad.
Valencia tuvo que marcar dos goles en 12 minutos para empatar el partido. El primero en el sexto minuto después de un pase preciso rompe las líneas de Florenzi en la marca de quiebre de Rodrigo. El VAR canceló el gol por fuera de juego en un milímetro. El club de Mestalla, que el viernes denunció en su barriga que esta temporada había sido dañada hasta una docena de veces por video arbitraje, señaló otra línea en ese cuaderno llena de desacuerdos.
Seis minutos después, el trueno retumbó en la burbuja de Mestalla. Comenzando nuevamente por Ferran Torres, Guedes recibió unos metros por encima de la línea medular y comenzó a bailar. Como un esquiador en un slalom gigante, el potro portugués, apoyándose en su poderosa parte inferior del cuerpo, comenzó un zig zag hacia la meta de Rubén que terminó en un gol después de una devastadora mano derecha. En el camino, Unai García, Raúl Navas, David García y Oier se cayeron. El primer gol de Guedes este año. Su primer medio de ataque fue el más convincente de la temporada. Llevaba 14 meses sin marcar. Pobres cifras para un jugador de franquicia.
Antes del descanso, los portugueses tuvieron tiempo de darle a Rodrigo el segundo gol. Interceptó un pase horizontal de David García, avanzó unos metros y puso una pelota precisa detrás de Raúl Navas que el delantero definió con el empeine externo de su pie izquierdo. Rodrigo anotó dos goles en el partido, solo uno subió al marcador. Cuarto gol en LaLiga para el delantero, más agudo.
La entrada de Osasuna en el juego fue fatal. Con tres alas centrales y dos largas, los rojillos otorgaron muchos espacios y cometieron el error de dejar que Parejo pensara. Y con metros por delante para explotar, Valencia, con Guedes y Rodrigo como depredadores, solo se preocupaba por el calor. Confiables durante toda la temporada, las tropas navarras, que concedieron cinco goles el miércoles contra el Atlético, se desmoronaron, muy suaves, en Mestalla, defendiendo muy mal en el primer acto.
La revolución de Arrasate en el medio tiempo, con tres cambios de golpe y otro sistema, devolvió, aunque tarde, la identidad al equipo, generando arribos peligrosos, incluyendo un cabezazo al travesaño de Adrián y otro golpe al palo de Oier que se apagó. La brillante transformación de los navarros, concursantes pero sin gol, no fue suficiente a pesar de vencer al Valencia en la segunda mitad. Aferrados a la fiabilidad de Gabriel Paulista, los locales se resistieron a la mejora en Navarra liderada por Rubén García.
Valencia, aún fuera de Europa, salva un balón y permanece invicto en la liga en Mestalla.
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