Un gran desafío para los Estados Unidos Un nuevo ciclo político

En los últimos años, los votantes latinoamericanos han elegido candidatos de izquierda en Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Honduras, México y Perú. Sus victorias han dejado huella. Nueva María Rosa (Nueva Ola Rosa), similar al cambio ideológico de hace dos décadas, cuando líderes como Hugo Chávez de Venezuela y Evo Morales de Bolivia cambiaron radicalmente la política de la región.

La situación es diferente en aspectos importantes en este momento. Primero, hay poca evidencia de un cambio en las preferencias ideológicas entre los votantes. Muchos nuevos líderes de izquierda en la región, como Pedro Castillo de Perú, ganaron fácilmente sus elecciones. Otros, como el chileno Gabriel Borque, han perdido popularidad rápidamente. En las elecciones presidenciales de Brasil en octubre, el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, el ícono original de la ola rosa, derrotó por poco a su rival de extrema derecha Jair Bolsonaro, y muchos aliados de Bolsonaro ganaron escaños en el Congreso. En segundo lugar, a diferencia de principios de la década de 2000, los líderes de la Nueva Izquierda de América Latina están asumiendo el cargo en un momento de turbulencia económica regional. La recuperación pospandémica de América Latina se está acelerando, a medida que la región lidia con el crecimiento global, la alta inflación y la resaca de la deuda de Covid-19. Eso dificultaría que líderes como Gustavo Pietro de Colombia cumplan sus promesas de campaña de reducir la desigualdad.

En este contexto, no está claro cuánto durará este ciclo político. Sin embargo, actualmente plantea desafíos para los Estados Unidos. Por ejemplo, el apoyo regional a la presión de EE. UU. sobre el régimen autoritario de Venezuela se ha erosionado, ya que países como Colombia han restablecido las relaciones con Nicolás Maduro a pesar de los abusos contra los derechos humanos documentados.

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Dicho esto, también hay oportunidades para Estados Unidos. Muchos de los nuevos presidentes de izquierda de la región, incluidos Borque, Chávez y Morales de Chile, evitan los instintos autoritarios y las creencias antiimperialistas de anteriores figuras influyentes de la izquierda latinoamericana. En cambio, líderes como Petro dan prioridad a muchos temas que son consistentes con los objetivos estadounidenses, como combatir el cambio climático.